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Primeras fiestas juntas en Sandringham, primera aparición en público y primer duelo de elegancia entre la Duquesa de Cambridge y Meghan Markle. La reina Isabel II hizo una excepción con la prometida del príncipe Harry y la invitó a vivir sus tradiciones navideñas en Sandringham junto a los demás miembros de la Familia Real. La actriz hizo su gran debut y disfrutó con todos ellos de una gran cita en la iglesia Santa María Magdalena, en cuyo exterior se reunieron cientos de ciudadanos para dar la bienvenida a Meghan, que derrochó espontaneidad y personalidad, pero también para felicitar la Navidad a la soberana británica, ya que el pasado año no pudo asistir al servicio religioso.
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Siempre sonriente e inseparable del príncipe Harry, para la ocasión Meghan vistió un abrigo camel de alpaca anudado a la cintura, de Sentaler; bolso de Chloé, de piel de cabra y ante; tocado de Philip Treacy, botas Stuart Weitzman y guantes de cuero a juego. La prometida del hijo menor de Carlos de Inglaterra, que ha iniciado la cuenta atrás para convertirse en una más de la Familia Real, protagonizó junto a Harry y los Duques de Cambridge una imagen infrecuente, con la llegada de la 'princesa de Hollywood' a la Corte.
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Tras las celebraciones, Harry reveló que: "Ha sido una Navidad fantástica. Hemos disfrutado mucho quedándonos con mi hermano y con mi cuñada y corriendo detrás de los niños", dijo refiriéndose a sus sobrinos, los príncipes George y Charlotte. "Meghan se lo ha pasado realmente bien… Y a la familia le encantó que estuviera allí", añadió el Príncipe al día siguiente en un programa especial para la emisora británica BBC Radio 4.