Horas antes de difundirse las primeras fotografías oficiales del príncipe Harry y Meghan Markle tras el anuncio de su compromiso, la pareja se dirigió al Palacio de Buckingham para disfrutar de la tradicional comida prenavideña que ofrece Isabel II antes de marcharse a su residencia de Sandringham, en la que suele pasar sus vacaciones de Navidad. Era la primera toma de contacto de la exactriz con algunos de los familiares de la Reina, entre los que se encontraban los príncipes Michael de Kent.
Precisamente fue la esposa del Príncipe la que suscitó la polémica debido a un pequeño detalle que prendía en la solapa de su abrigo: un broche que representaba el busto de un joven negro con una corona adornada con piedras preciosas. Se trata de una pieza original del siglo XVI perteneciente a las joyas Blackamoor que han sido objeto de controversia durante años al considerar que fomentan el racismo y la discriminación. De ahí que las redes sociales fueran de las primeras en reparar en el polémico broche.
Tras las críticas surgidas por su "insensibilidad", tal y como recoge la prensa internacional, la princesa Michael de Kent se ha mostrado arrepentida y "muy apenada". "El broche fue un regalo y se había utilizado en ateriores ocasiones. La Princesa está muy angustiada después de ver que ha ofendido", ha confirmado Simon Astaire, portavoz de la Princesa, que en estos momentos se plantea retirar de su joyero dicho accesorio.
De hecho, el gesto llegó a interpretarse como "una falta de respeto" teniendo en cuenta los orígenes interraciales de Meghan Markle, pues su madre, Doria Ragland, es afroamericana. Precisamente la prometida del príncipe Harry se ha mostrado siempre muy activa con las causas sociales y no ha dudado en reaccionar ante las expresiones de índole racista. "Es una lástima que ese sea el clima en el mundo, pero al final del día estoy realmente orgullosa de quién soy y de dónde vengo, y nunca nos hemos centrado en ese aspecto. Nos hemos centrado en quiénes somos como pareja", señalaba recientemente durante su entrevista en la BBC tras el anuncio oficial del compromiso de la pareja.
Lo cierto es que estas serán unas navidades atípicas tanto para la exactriz como para la Familia Real británica. Serán las primeras que pase con los parientes de su futuro marido en Sandringham. La reina Isabel II ha hecho una excepción, ya que la ha aceptado como una más en estas fiestas sin haber pasado por el altar. De hecho, su debut el pasado miércoles en el almuerzo prenavideño de Buckingham le permitió conocer a gran parte de los miembros de la Casa Real.