Mientras algunos ya comienzan a calcular el beneficio que dejará en el Reino Unido la Boda Real de Harry de Inglaterra y Meghan Markle, son muchos los que quieren adelantarse a mayo de 2018, cuando tendrá lugar el “sí, quiero” en la capilla de San Jorge del Castillo de Windsor, para desvelar cómo será el gran día. Entre quinielas de fechas, pajes y diseñadores de vestidos de novias ha saltado un dulce detalle: los novios quieren una tarta de plátano. ¿Adivinas el motivo?
Es posible que aciertes si has seguido esta historia de amor desde los inicios, es decir, desde ese otoño de 2016 cuando comenzaron los rumores de que el nieto de la Reina de Inglaterra estaba saliendo con una actriz estadounidense, aunque luego se supo que ya llevaba seis meses de relación en secreto. Entonces toda la vida de Meghan Markle fue analizada con lupa -hasta el punto de que el Palacio de Kensington emitió un comunicado pidiendo respeto para ella- y fue durante ese análisis, que comenzó por sus redes sociales, cuando vimos unos plátanos abrazados con el mensaje "duerme bien".
Según revela The Daily Telegraph Harry y Meghan quieren un pastel de boda hecho con plátanos porque para ellos esto es un guiño a los comienzos de su amor. En ese sentido, aunque es una opción poco común para una tarta nupcial, más en el Reino Unido, hay que recordar que esta es una de las frutas favoritas del Príncipe, al menos así lo había confirmado con anterioridad Darren McGrady, que durante quince años cocinó para la monarquía británica.
El chef que fue cocinero personal de Diana de Gales y de sus hijos hasta el fallecimiento de la Princesa ha asegurado que a Guillermo y Harry les encantaba cualquier postre que tuviera plátano, desde un flan sencillo –cuya receta compartió en alguna ocasión- hasta creaciones más elaboradas como la tarta de plátano y caramelo. De apostar por un recuerdo de la infancia Harry y Meghan seguirían los pasos de los Duques de Cambridge que tuvieron dos postres en su banquete de boda: uno era "el esperado”, una brillante tarta blanca de varios pisos decorada con las flores nacionales; y la otra era el postre de la infancia de Guillermo, un sencillo pastel de chocolate y galletas que vendía la empresa McVitie's Cake, que ha trabajado para la Familia Real durante décadas, incluido el pastel oficial para las bodas de oro de la reina Isabel II y el Duque de Edimburgo.
Como ya ha dicho el Palacio de Kensington “los detalles se desvelarán a su debido momento”, sin embargo por delante quedan seis meses en los que los preparativos de la boda real prometen dejar pistas interesantes sobre la boda real más esperada, un enlace que promete estar cargado de detalles con mucho significado.