Harry de Inglaterra, ante su próxima boda con Meghan Markle: 'Sabía que era ella desde el momento en el que nos conocimos'
El Jardín Blanco en memoria de la princesa Diana de Gales ha sido el lugar elegido para una puesta en escena emocionante y cargada de significado
El Big Ben marcaba las once de la mañana cuando Clarence House anunciaba a través de sus canales oficiales el compromiso entre Harry de Inglaterra y Meghan Markle tras un año y medio de noviazgo. Tres horas después, el Príncipe y la actriz, con su anillo de compromiso, hacían su primera aparición oficial como prometidos en un lugar cargado de significado: el Jardín Blanco en memoria de Diana de Gales. ¡Felices, enamorados y muy sonrientes!
La expectación era máxima cuando la californiana y el nieto de la Reina de Inglaterra, tan carismático y sonriente como siempre pero con un punto de nerviosismo, llegaban de la mano para comunicar que en la primavera de 2018 se convertirán en marido y mujer. "Sabía que era la única desde el primer día", dijo el Príncipe en un papel hasta ahora desconocido, el de un hombre de 33 años que ha encontrado a la mujer de su vida.
La actriz de 36 años lucía un abrigo blanco, vestido verde oscuro y unos zapatos nude, consciente de ser el centro de todas las miradas, ha demostrado que dotes para estar delante de una cámara no le faltan. Muy cariñosa, Meghan ha posado junto a su Príncipe en este lugar tan especial del Palacio de Kensington.
La aparición de la pareja fue tan breve como romántica, ya que no faltaron las miradas de complicidad y los gestos de cariño, incluso cuando pensaron que las cámaras ya no les grababan y se abrazaron alejándose del jardín. Cuando los medios preguntaron si la pedida de mano había sido romántica, Meghan sonrió y dijo: “¡Mucho!”; mientras que Harry –el que ha sido durante años el soltero de oro de las monarquías europeas- afirmó con soltura: “¡Por supuesto!”.
La que fuera la residencia oficial de Diana de Gales, en donde viven sus hijos y nietos y también en donde vivirá a partir de ahora Meghan Markle -concretamente en Nottingham Cottage, tal y como se ha advertido en el comunicado oficial- ha sido el escenario elegido por su hijo pequeño para comunicar al Reino Unido la decisión más importante de su vida. Si los Duques de Cambridge simbolizaron la presencia de Diana a través del anillo de compromiso, este histórico lunes Harry y Meghan ha recibido a los medios en el jardín que se plantó en honor de la Princesa de Gales durante la pasada primavera, un gesto más de los que muchos que tuvieron lugar con motivo del 20º aniversario de su trágico fallecimiento.
Aunque esta esperada primera aparición como prometida del Príncipe ha sido distinta a la del pasado septiembre en Toronto, con motivos de los Juegos Invictus, la estadounidense conserva su esencia. En esa ocasión la actriz apostó por un look informal, en vaqueros y camisa de corte masculino, que fue toda una declaración de intenciones del tipo de princesa que está dispuesta ser. Para algunos quizá no era lo “esperado” para un príncipe inglés, de hecho no faltaron las voces críticas que empujaron al Palacio de Kensington a emitir un comunicado pidiendo respeto para ella y su entorno; pero para otros, Meghan Markle es una mujer con una trayectoria propia, exitosa, independiente, mestiza, divorciada, con un pasado público y presencia en redes sociales, activa en cuanto a causas solidarias y humanitarias se refiere mucho antes de entrar a formar parte de una Familia Real... En definitiva, ella es una princesa del siglo XXI.
Como era de esperar, siendo el compromiso de un nieto de la Reina de Inglaterra y una de una actriz estadounidense, este anuncio se ha seguido con intensidad dentro y fuera del Reino Unido: todos quieren saber más sobre la próxima gran boda de la realeza europea. Sin embargo, tal y como acostumbran esta Familia Real, los detalles se darán a conocer en el debido momento y prometen levantar mucha expectación con cada dosis de información.
No en vano, en un país que adora las apuestas, ya están los que tratan de adivinar la fecha de la boda y los que se debaten entre un “sí, quiero” en el Castillo Windsor, como el de Carlos y Camilla, o una boda en la Abadía de Westminster, como la de los Duques de Cambridge. Hoy se abre un emocionante capítulo en la vida de la monarquía británica y, aunque algunas de sus fans lo lamentarán, el soltero de oro más cotizado de la monarquía ha encontrado a su princesa.