En el corazón de la Familia Real británica hay una historia de amor que tiene todos los elementos de un verdadero romance de cuento de hadas: un príncipe de acción dado a los hechos audaces, una belleza delicada pero vivaz cuya mano desea ganarse y obstáculos esparcidos a lo largo del camino a su “felices para siempre”. Nuestros protagonistas, la princesa Isabel, la bella y joven heredera del trono británico, y el príncipe Felipe de Grecia, el apuesto héroe de guerra, fueron los Guillermo y Kate o Harry y Meghan de su época, y cada etapa de su cortejo fue seguido con el mismo entusiasmo por un público que los adora.
Álbum de un amor real como no hay otro igual
El 20 de noviembre se cumplirán 70 años de la espléndida boda que unió a Isabel II con su príncipe, a quien describió como “un ángel” y “el mejor hombre del mundo”. Su vínculo inquebrantable ha resistido las tempestades de la vida, no menos las exigentes demandas del matrimonio y la monarquía. Nada se interpuso entre ellos, ya que consiguió conciliar la crianza de cuatro hijos con su papel de soberana. Millones de personas en todo el mundo reconocen de lejos al Príncipe como el ferviente consorte que ha viajado por todo el mundo con la Reina.
Pero pocos tienen el privilegio de haber conocido el encanto personal y el carisma del hombre que hechizó a la joven Isabel hace tantos años, y que todavía lo hace. Ella lo vio por primera vez cuando era solo una adolescente, mientras visitaba la academia naval británica donde estaba entrenando. Adonis, de ojos azules, propenso a chistes irreverentes, exudaba confianza y encanto. Desde ese momento, “nunca pensó en nadie más”, dice la prima del Príncipe, Lady Pamela Hicks. Cuando regresó de la Segunda Guerra Mundial ocho años después, el noviazgo de la pareja comenzó en serio.
El príncipe Felipe tardó un tiempo sin embargo en ser aceptado por la clase dirigente, porque su familia fue exiliada de Grecia sin tierra ni fortuna. La devoción de Isabel nunca vaciló. El tiempo ciertamente ha reivindicado su elección juvenil. Durante siete décadas, el Príncipe ha sido más que un consorte, más que un padre devoto de su familia. Él ha sido su eterna alma gemela. Ahora, mientras la pareja celebra su aniversario más importante, conmemoramos su unión en las palabras de aquellos que mejor los conocen.