Harry de Inglaterra y Meghan Markle no pueden esconder su felicidad. La pareja está pasando unos días inolvidables en Toronto (Canadá) -ciudad en la que precisamente se graba Suits, la serie de ella y en la que reside- donde han sido unos espectadores de excepción de los Juegos Invictus, una iniciativa del príncipe en la que el personal y veteranos lesionados de las fuerzas armadas participan en un torneo deportivo. Juntos, muy acaramelados, relajados y divertidos les pudimos ver este sábado, en la ceremonia de clausura de los Juegos.
Aunque no se sentaron juntos, en un momento de la ceremonia, Harry acudió a ver a su novia al palco en el que estaba con un grupo de amigos entre los que se encontraba la madre de ella, Doria Ragland, a la que Meghan se siente muy unida y a la que tiene una gran admiración. Este encuentro supondría que el nieto de Isabel II de Inglaterra ya conocería a una de las personas más importantes en la vida de la intérprete, lo que supone un paso más en su relación y aviva, una vez más, los rumores sobre el inminente anuncio del compromiso matrimonial. El hermano del duque de Cambridge ya conocería, desde hace meses, al padre de Meghan, según reveló en enero el hermano de la intérprete de Suits al Daily Mail.
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Meghan se mostró de lo más sonriente, animada y muy vivaz. No paró de aplaudir, de pie, durante la gala. La artista, que se está convirtiendo en todo un icono de estilo llevó un trench de color claro con las mangas remangadas, unos pantalones negros y una camiseta, un look sencillo que completó con su melena lisa. Harry llevó una chaqueta, tipo americana de color gris y una camisa blanca. Una vez más dieron muestras del magnífico momento por el que atraviesa su relación. Sonrisas, susurros al oído, caricias y ¡hasta un beso! en la mejilla le dio Harry a su chica en un acto de lo más espontáneo de una noche muy especial.
La pareja ha elegido los Juegos Invictus, un proyecto en el que Harry está especialmente volcado, para hacer su primera aparición pública que se produjo el pasado 25 de septiembre cuando llegaron sonrientes y de la mano para presenciar el partido entre Australia y Nueva Zelanda de tenis en silla de ruedas. Al igual que en la ceremonia de clausura, ambos se mostraron de lo más naturales con un estilismo casual.
El hijo de la malograda Diana de Gales -que el pasado 15 de septiembre cumplió 33 años, tres menos que Meghan- también aprovechó su estancia en Toronto para visitar a su novia en el trabajo. Acudió al set de rodaje de Suits, según informó HELLO! donde "Fue muy discreto, conoció a parte del equipo y estaba muy feliz por ver a su novia. Apoya su trabajo de manera increíble, reveló una fuente a dicha publicación. "Meghan le mostró el set de rodaje. Todo el mundo estaba emocionado", añadió.