Charlotte de Cambridge se toma muy en serio sus deberes reales en su primer saludo diplomático en Berlín
Los Cambridge llegan a Alemania, donde emprenden la segunda parte de su viaje oficial, tras despedirse de Polonia
Los admiradores de los Cambridge han comenzado este miércoles de la mejor manera: con una nueva aparición del príncipe George y la princesa Charlotte, que esta mañana acompañaban al Duque y la Duquesa de Cambridge para embarcarse en la segunda etapa de su gira real. La familia salió del aeropuerto de Varsovia en su vuelo chárter tomándose su tiempo para despedirse de sus anfitriones antes de partir con rumbo a Berlín.
Todos iban conjuntados para la ocasión en la gama de los azules. Típicamente elegante se mostraba la Duquesa con un abrigo cobalto, que se cree que es de la casa de Catherine Walker, con joyas de Kiki McDonough y con zapatos nude, uno de sus must y una de las coincidencias con el estilo de la reina Letizia. La Duquesa de Cambridge parecía de muy buen humor mientras se dirigía hacia el avión de la mano de sus dos pequeños.
Los príncipes George y Charlotte acaparan todos los 'flashes' en su segundo viaje oficial
La espontaneidad del príncipe George y la princesa Charlotte en el balcón del Palacio de Buckingham
La princesa Charlotte, de dos años, estaba adorable con un vestido de nido de abeja con estampado de flores y un lazo prendido de su melena, mientras que su hermano, el príncipe George, que cumple cuatro años el sábado, daba perfectamente el aspecto de hermano mayor con su conjunto de camisa azul clara y pantalón corto azul marino, al que no faltaba cinturón y calzado a tono, y por supuesto con sus muchos centímentros más de altura. Ninguno se soltó de las manos de sus padres mientras se preparaban para embarcar, pero hubo momentos en los que los niños expresaron su opinión diferente deteniéndose en el trayecto o señalando hacia otra dirección.
George y Charlotte de Cambridge acapararon los flashes como siempre que salen de palacio, mostrando para delicia del sinnúmero de objetivos acreditados que las despedidas no siempre son tristes. Era la primera vez que los pequeños eran vistos en público desde su llegada a Polonia el lunes por la tarde. El príncipe George y la princesa Charlotte pasaron su estancia en compañía de su niñera, la española María Borrallo, en el palacio de Belweder en Varsovia, mientras que sus padres, los Duques de Cambridge, emprendían una visita de contrastes, entre el horror y la alegría. Los semblantes abatidos del príncipe Guillermo y la duquesa Catherine al salir del campo de concentración de Stutthoff encontraron alivio en el entusiasta recibimiento de las gentes de Gdansk.
A los príncipes George y Charlotte no les faltó entretenimiento en su ausencia, a juzgar por las fotos publicadas en Twitter por el Presidente de Polonia, Andrzej Duda. El palacio de Belweder fue decorado especialmente en honor a sus invitados, y provisto de todos los juegos y juguetes habidos y por haber para satisfacer las altas exigencias de un pequeño príncipe y una pequeña princesa, tales como una tienda de indios, una bicicleta, un cochecito para las muñecas o un caballo balancín. El mandatario compartió con los usuarios de la red social otra instantánea de la increíble zona de juegos al aire libre para su disfrute. Se instalaron dos toboganes -uno rosa y otro azul- en el amplio jardín, a los que no le faltaba detalle, ni rampa de escalada, ni divertidos miradores para los niños.
Pero, a su llegada a Berlín, los príncipes George y Charlotte recordaron a todos por qué las bienvenidas son lo mejor de lo mejor. La familia puso pie en tierra y olvidaba el cansancio del vuelo con los honores del recibimiento oficial en el aeropuerto de la capital alemana. Obsequiaron ramos de flores a las damas, lo que a la Duquesa complicó llevar de la mano al príncipe George y al final tuvo que pedir a algún asistente que se hiciera cargo de su bouquet. Pero la princesa Charlotte, encantada con el detalle, no dejó el suyo ni por un solo momento.
El príncipe George acusó el agotamiento, mientras que la princesa Charlotte, más despierta que su hermano, que no paraba de restregarse los ojos, se tomó muy en serio sus deberes reales en su primer saludo diplomático y desfiló por la alfombra roja con la profesionalidad de una princesa con años de experiencia. Así comienza la segunda etapa de la gira oficial de los Cambridge en Alemania, antes de que los Duques visiten la puerta de Brandenburgo y el Memorial del Holocausto, hagan hueco en el apretado programa de hoy a Strassenkinder, una organización benéfica para niños desfavorecidos; se reúnan con el Presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, en los Jardines del Palacio Bellevue, y pongan cierre de fiesta a su primera jornada en la residencia del Embajador.
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