Diana de Gales, así celebran su vida quienes la conocieron de cerca
Roberto Devorick, Jemima Khan, Richard Branson, Madonna, Tony Blair, John Travolta, Hillary Rhodam Clinton recuerdan a la Princesa
Veinte años sin Diana de Gales y su recuerdo sigue más vivo que nunca en este señalado aniversario. Quienes la conocieron de cerca -hijos, familiares, amigos y conocidos - abren los cofres de la memoria y el corazón para celebrar su vida y comparten con nosotros los momentos atesorados junto a la Princesa. Unos recuerdos cargados de cariño, nostalgia y emoción.
ISABEL DE INGLATERRA: “Nadie que conociera a Diana de Gales la olvidará jamás”
“En los buenos tiempos y en los malos, Diana jamás perdió su capacidad para sonreír y reír, ni para inspirar a otros con su cariño y bondad. La admiré y la respeté por su energía y compromiso con los demás, y especialmente por su amor devocional hacia sus dos chicos. Nadie que conociera a Diana la olvidará nunca. Y aquellos otros que no la conocieron, pero que sintieron que la conocían, la recordarán siempre”.
MADONNA: “Diana fue muy valiente al exponerse al público y decir: ‘No soy perfecta”
“Todos necesitamos personas a quienes admirar. Lo más valiente y lo más digno de Diana fue exponerse al público y decir: ‘No soy perfecta. Tengo problemas… Soy vulnerable”.
JEMIMA KHAN: “Dio mucho a los demás”
“Ella era una mujer asombrosa y extraordinaria, una leal amiga y una genuina activista que dio mucho a los demás”
SIR RICHARD BRANDSON: “No creo que fuera realmente consciente de cuántos la amaban”
“Quién olvidará jamás aquellas increíbles fotografías de una figura solitaria en medio de un campo minado… Pero no creo que ella fuera realmente consciente de cuánta gente en el mundo la amaba”.
TONY BLAIR: “Era la Princesa del pueblo”
“Era un ser humano maravilloso y cálido. Aunque su propia vida a menudo se vio tristemente afectada por la tragedia, tocó la vida de tantos otros con alegría y consuelo. Ella era la Princesa del Pueblo”.
HILLARY RHODAM CLINTON: “Ablandó corazones y levantó espíritus”
“La gente vio más en ella que su radiante belleza, más bien un tipo diferente de realeza... Ella trabajó duro en lugares complicados y ablandó corazones y levantó espíritus”.
JOHN TRAVOLTA: “Se daba la misma importancia que a cualquier otro”
“Ella era la mejor. Y pienso que fue en gran medida a que siguió la regla de darse la misma importancia que a todos los demás”.
GUILLERMO DE INGLATERRA: “Marcó la diferencia”
“Veinte años parece un buen momento para recordar a la gente la diferencia que marcó no sólo en la Familia Real, sino también el mundo”.
ROBERTO DEVORIK: “Todavía puedo escuchar su espontánea, refrescante, genuina risa”
Desde aquellos primeros días en el ojo público, la fraternidad de la moda formó una guardia pretoriana al servicio de Diana de Gales, de la cual tranquilamente podía depender. Con los diseñadores y estilistas, se sentía cómoda para desahogarse de sus secretos más profundos. Un amigo cercano fue Roberto Devorik, un empresario argentino que representó a Ralph Lauren. Cuando la Princesa ganó confianza como activista mundial, unió fuerzas a Roberto en la cruzada contra el SIDA. Él también persuadió a la chica de oro de Gran Bretaña para que visitara Argentina en 1995, lo que ayudaría a reconstruir una relación que se había vuelto tensa por el conflicto de las Malvinas.
De la mujer a la que apreciaba como a su querida hermana pequeña, dice: “Nunca voy a olvidar su amor y su sonrisa. Todavía hoy la guardo en mi corazón. Nuestra comunicación fue más allá de las palabras. Podía mirarla durante un tiempo y saber inmediatamente si se sentía incómoda o si se estaba divirtiendo. Nuestra amistad nació a través de la editora de Vogue Beatrix Miller, que me pidió que le aconsejara sobre su ajuar de boda. Cuando dijo: ‘Me gustaría presentarles a Lady Diana Spencer’, no caí. Hasta que entonces señaló: ‘Será la futura Reina de Inglaterra’. En ese justo instante fue cuando mis piernas comenzaron a temblar. Ella me miró tímidamente con aquellos ojos y mejillas rojas. Estaba vestida como una colegiala -jersey de Shetland, falda y mocasines kilted. Parecía una típica chica de campo inglés, pero que claramente tiene clase, igual que un pura sangre”.
“Fue puliendo su estilo con los años y la moda se convirtió en su mejor arma. Su gran cambió llegó con el divorcio: el corte de pelo, el pelo mojado, la sonrisa, el maquillaje. Usó la moda para comunicarse, como una herramienta para transmitir su mensaje. No es que ella fuera frívola y que quisiera un vestido mejor que las otras princesas. Eso no le importaba”.
“Aún así Diana de Gales estaba tremendamente orgullosa de ser una royal. Respetaba a la reina Isabel y quería que su hijo fuera Rey. Pero tenía que luchar por un sueño que no pudo hacer realidad: más que ser Reina consorte, más que ser Su Alteza Real, quería un matrimonio feliz. Ella estaba absolutamente enamorada del príncipe Carlos. No quería ser simplemente reina, quería dar amor y ayudar a los necesitados. En un hospital en Argentina la vi besar a víctimas de quemaduras. No lo hizo para que otras personas vieran lo que hacía porque no había cámaras. Podría verla ahora trabajando en la ONU o UNICEF. Ella siempre decía: ‘Cuando el mundo te da tanto, tienes que hacer algún tipo de balance. La única manera en la que yo puedo compensar es dar’. Ella dejó un legado de amor, paz, unidad y buena voluntad, al igual que Gandhi y Madre Teresa. ¿Qué mejor legado puede haber?”.
“Cuando la gente muere, siempre hay un recuerdo que le sobrevive: en Diana es su risa. El día que me muera, oiré su espontánea, divertida, refrescante, humana, genuina y verdadera risa”.