'Maravillosa, pero desafiante a la vez': la Duquesa de Cambridge habla sin tapujos sobre la maternidad
La Duquesa de Cambridge se convirtió en madre por primera vez el 22 de julio de 2013 con la llegada del príncipe George. "Una experiencia maravillosa y gratificante", según ha declarado, que repitió años después, el 2 de mayo de 2015, con el nacimiento de la princesa Charlotte. Sin embargo, ha reconocido que la maternidad también es un "desafío".
"Incluso en mi caso, que he contado con un apoyo en casa que la mayoría de las mujeres no tienen, nada puede de verdad prepararte para la difícil y abrumadora experiencia que significa convertirte en madre. Es una compleja mezcla de alegría, agotamiento, amor y preocupación", dijo en un acto de la fundación Heads Together. "Es como si tu identidad cambiara de la noche a la mañana", añadió.
En su discurso también abordó el miedo que la mayoría de las madres experimentan una vez que han dado a luz y que puede desembocar en una depresión post parto. "Es justo hablar de la maternidad como algo maravilloso, pero también necesitamos hablar del estrés y del esfuerzo. Muchas mujeres no admiten su sufrimiento por miedo a que otras personas les recrimen", prosiguió.
Pero en su opinión, "pedir ayuda no debería ser considerado un signo de debilidad", al contrario, "nuestros hijos necesitan que cuidemos de nostros mismos", manifestó. "Si alguna de nosotras tiene fiebre durante el embarazo, buscaríamos ayuda y apoyo de un doctor. Pedir ayuda con nuestra salud mental no es diferente", puntualizó. "Las conversaciones son esenciales para una buena salud mental y deberían ser parte del día a día de la vida familiar. Hablar de un problema con un amigo u otra persona de confianza puede ser el inicio de empezar a sentirse mejor", defendió.
La Duquesa de Cambridge destacó que no existe "ningún libro de reglas" para ser madre, y que "en la maternidad no existe el concepto de 'eso está bien' o 'eso está mal'. Simplemente tienes que cuidar a tu familia lo mejor que puedas", algo que para muchas madres, incluida ella misma, "puede provocar falta de confianza".
"Las madres asumen una responsabilidad abrumadora al cuidar de sus familias. Su rol es vital a la hora de proporcionar amor incondicional, cuidados y apoyo en casa, particularmente en los primeros años de desarrollo de los niños. Por ello, deberíamos hacer todo lo que podamos para apoyarlas y valorar su duro trabajo", concluyó.