El príncipe Harry y su novia, la actriz estadounidense Meghan Markle, no pudieron pasar juntos el día de Navidad. El nieto de la reina Isabel celebró las fiestas con la Familia Real casi al completo en Sandringham, como es tradición, mientras que Meghan las pasó con los suyos. Pero ahora parecen dispuestos a recuperar el tiempo perdido.
La protagonista de Suits voló posteriormente a Londres para poder estar al lado de Harry el día de Año Nuevo. Y no solo eso: al parecer, tras comenzar juntos el 2017 ambos se subieron a un avión rumbo a un romántico viaje para dos. De acuerdo con el diario británico Daily Mail, la ciudad de Tromso, en el norte de Noruega, ha sido el destino elegido para su escapada.
En su viaje, la pareja habría estado observando ballenas, dando paseos por el lago y, por supuesto, disfrutando de una de las mayores atracciones turísticas que ofrece esta región: la aurora boreal, un auténtico espectáculo perfecto para un viaje romántico como el suyo. Según ha explicado a la publicación The Sun una fuente cercana a la pareja, "Harry quería que sus primeras vacaciones con Meghan fueran algo que nunca olvidaran". Por eso, "puso mucho empeño en ello para hacerlo lo más romántico y especial posible".
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Aunque todavía se espera la primera foto oficial de Harry con Meghan, no hay duda de que el príncipe y la actriz están cada día más enamorados. No solo porque así lo confirman quienes les conocen y les han visto juntos: sus actos también lo demuestran. De hecho Harry, que en diciembre visitó a su novia en Canadá desviándose 3000 kilómetros de su rumbo para poder verla, ya conoce al padre de Meghan.
Su relación habría comenzado en primavera, aunque no ha salido a la luz hasta el pasado mes de noviembre. Fue entonces cuando el palacio de Kensington emitió un comunicado anunciando que Harry estaba "preocupado por la seguridad de la señorita Markle y profundamente decepcionado por no haber sido capaz de protegerla. No es justo que en los pocos meses de relación con ella la señorita Markle deba ser objeto de este aluvión. Él sabe que dirán que este es ‘el precio que ella tiene que pagar’ o que ‘todo esto forma parte del juego’. Él está totalmente en desacuerdo. Esto no es un juego: es su vida y la de ella”.
El palacio de Kensington ha declinado hacer ningún comentario sobre el viaje a Noruega de Harry y Meghan.