Un día más tarde de lo previsto, la reina Isabel y el príncipe Felipe han dejado por fin el palacio de Buckingham para comenzar sus vacaciones oficiales de Navidad. La soberana y su marido partieron de Londres ayer jueves por la tarde a bordo de un helicóptero privado con destino a la residencia privada de la Reina en Sandringham, Norfolk, después de que se vieran obligados a cambiar sus planes iniciales de viaje al haber contraído sendos severos resfriados.
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Isabel II y el Duque de Edimburgo tenían previsto llegar el miércoles por la mañana a la estación de tren de Kings Cross, pero tan solo 30 minutos antes de su llegada se confirmó que habían cambiado de idea a causa de su mala salud. Un portavoz de Palacio confirmó a HELLO! on line: “La Reina y el Duque de Edimburgo tienen fuertes resfriados, por lo que han decidido no viajar hoy a Sandringham”.
La Reina lleva tomando el mismo tren de las 10:44 de la mañana en Londres con destino a Norfolk desde hace ya varios años. Siempre viaja el día después de su fiesta de Navidad en el palacio de Buckingham, por eso la inesperada cancelación de su viaje preocupó y provocó especulación en torno a la salud de la pareja. El cambio de última hora se producía después de que se hubiera anunciado que la Reina renunciaba al patronazgo de 25 fundaciones benéficas para aligerar su carga de trabajo de cara a los noventa.
Isabel II, reina de reinas con récord en el trono (64 años de reinado desde su coronación en 1952), sigue así los pasos del Duque de Edimburgo, que cortó oficialmente los lazos con muchas organizaciones al cumplir los 90 años en 2011. El palacio de Buckingham ha puntualizado que la soberana patrocina a más de 600 organizaciones, si bien la medida es vista por los expertos como un paso sensato, dada la avanzada edad de la Jefa de Estado.