Los Duques de Cambridge están recibiendo trato real o, en su defecto, presidencial en su gira por Canadá. Y es que la pareja disfrutó anoche de una romántica velada que incluía una cena sin los niños, los príncipes George y Charlotte, con todas las comodidades de la suite presidencial del Coast High Country Inn. Después del apretado programa de su cuarta jornada que discurrió en gran parte en Kelowna, la Columbia Británica, el príncipe Guillermo y la duquesa Catherine acabaron hallando descanso en el territorio del Yukón, donde pasarían la única noche de sus ocho días de tour lejos de sus hijos pequeños.
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Cuando llegaron a Yukón llevaban varios compromisos a cuestas. Habían empezado el martes reviviendo sus días de estudiantes con una visita al Campus de Okanagan de la Universidad de Columbia Británica, donde los Duques fueron recibidos con entusiastas aplausos de todos los allí presentes, que admiraron de cerca la elegancia de siempre más sofisticada que nunca ahora en Canadá: lució para la ocasión un vestido de Dolce & Gabbana verde esmeralda a medida, que combinó con un bolso de mano y unos zapatos de tacón de LK Bennett. Esta vez llevaba su característica melena suelta y unos pendientes de la diseñadora española, afincada en Londres, Mónica Vinader. El Príncipe marcó estilo también con una chaqueta azul marino, una camisa blanca y unos pantalones canela.
No sólo anotaron puntos en elegancia, también en simpatía. Los Duques asistieron a una demostración del equipo de voleibol femenino y charlaron distendidamente con las jugadoras que, agradecidas por su visita, les nombraron miembros de honor del equipo universitario haciéndoles entrega de sendas camisetas de su equipación personalizadas con su título: Cambridge. Cuarenta y cinco minutos después, a los Duques les tocó la hora de reponer fuerzas en un festival gastronómico, donde hubo bocados con humor, antes de dirigirse a Yukón.
Un grupo de Rangers y Junior Rangers canadienses, el Gobernador General de Canadá, David Johnston, y su esposa, Sharon, y un gran número de dignatarios les brindaron una cálida bienvenida tras su aterrizaje en el aeropuerto de Whitehorse, luego los Duques de Cambridge asistieron al primer compromiso de su estancia en Yukón, y el último del día, en el Centro Cultural de Kwanlin Dun, para presenciar un espectáculo artístico con actuaciones musicales y de breakdance. Quedaban pocas horas para su noche a solas.
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En su noche libre, los Duques serían recibidos a su llegada al céntrico hotel de tres estrellas de Whitehorse por un monumental miembro de la guardia montada canadiense, de doce metros de altura, antes de retirarse a su habitación recientemente renovada. La suite de los Duques de Cambridge, que cuenta con un jacuzzi, cuesta alrededor de 130 euros la noche en temporada baja y 150 euros durante los meses de verano. Fuentes de su oficina revelaron que los miembros de la Familia Real británica están “encantados” con el alojamiento. Hello!, que está dando la mejor y más amplia cobertura de su enviada especial, Emily Nash, pudo saber en los días previos a su llegada que el chef jefe del hotel prepararía una “cena ligera” a sus visitantes reales, el martes por la noche, además del desayuno y el almuerzo el miércoles.
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Los Duques degustarán durante su estancia platos elaborados con ingredientes propios de Canadá, naturales y saludables como salmón rojo con guarnición de verduras. Mientras el príncipe Guillermo y la duquesa Catherine disfrutaban de una tranquila noche juntos, solo los dos, en el territorio de Yukón, los príncipes George y Charlotte regresaban a su residencia en Victoria, la Columbia británica, que estos días ha servido de base a la familia Cambridge, donde se han quedado al cuidado de su niñera española, María Teresa Turrion Borrallo.
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Tras el descanso nocturno los Duques seguirán cumpliendo con los compromisos de su quinto día en Canadá. Por la mañana, la pareja real visitará el Museo MacBride de Historia del Yukón, antes de asistir al Festival de las Artes. Por la tarde pondrán rumbo de regreso a Victoria, con las maletas llenas de regalos, para reunirse con sus dos hijos y poder disfrutar el jueves de un tiempo muy necesario en privado toda la familia, aunque posiblemente antes haya una grata sorpresa que hará las delicias de los seguidores de los Cambridge: se espera mañana la presencia de los príncipes George y Charlotte, los otros grandes protagonistas del tour, en una fiesta infantil en los preciosos jardines de la Casa de Gobierno en la Columbia Británica. Ya queda menos.