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La ciudad inglesa de Harlow se despertó este viernes nublada pero con el entusiasmo de que los Duques de Cambridge estaban llegando a la ciudad. Una vista a la escuela Stewards Academy que parecía ser una más en la agenda de Guillermo y Kate pero que comenzó de lo más accidentada. ¡Por suerte, el Príncipe “rescatador” estaba cerca!
Jonathan Douglas-Hughes, Lord-Lieutenant de Essex, representante de la Reina en el condado -un cargo ceremonial que normalmente se concede a nobles o militares retirados- formaba parte de la comitiva que estaba lista para recibir a los Duques de Cambridge a su llegada a esta ciudad del sureste de Inglaterra. Sin embargo, un tropezón lo tiene cualquiera, incluso delante del segundo en la línea de sucesión al trono británico, y tras un choque con uno de los bolardos, Jonathan Douglas-Hughes terminó en el suelo y convertido en la anécdota de la visita.
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El golpe fue bastante aparatoso, pero dejó ver la rápida reacción de Guillermo de Inglaterra para auxiliar al hombre, ponerlo en pie y comprobar que no hubiera resultado herido, no en vano el Príncipe trabaja como piloto de ambulancias aéreas, por lo que las emergencias y los rescates están presentes en su día a día.
Pasado este incidente la visita transcurrió con normalidad y los Duques, recibidos por estudiantes del centro, pudieron comprobar la labor que la organización benéfica Place2be hace en este centro ofreciendo atención personalizada a los alumnos para garantizar el bienestar emocional en el centro. La pareja incluso participó en una de las asambleas escolares, momento en el que Guillermo de Inglaterra dio un breve discurso en el que confesó estar un poco “nervioso” con su regreso a un salón de actos escolar. “Yo no era realmente bueno hablando en público en colegio”, contó provocando la risa entre los alumnos.
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Como es habitual en la mayoría de sus apariciones ya que es la top fashion influencer de Reino Unido, en cuanto la Duquesa de Cambridge puso un pie fuera del coche oficial su vestido ya estaba siendo “rastreado”. Un diseño para el final del verano de Altuzarra, en azul claro con polka dots en blanco y negro, con el que lució piernas y desafió a una desapacible mañana en la que amenazaba lluvias.
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