Los Duques de Cambridge y el príncipe Harry viajaron ayer a Francia para asistir a los actos conmemorativos por el Centenario de la batalla de Somme. Los tres miembros de la Famillia Real británica asistieron a una vigilia en el Memorial Thiepval, preludio de las ceremonias con las que se marcará la ocasión a las que hoy se sumarán el príncipe Carlos y la Duquesa de Cornualles y el Duque y la Duquesa de Gloucester. Llegaron a las diez de la noche para rendir homenaje a los muchos soldados británicos que murieron en esta contienda, cuyas pérdidas totales se estiman en 1,2 millones de víctimas (muertos, heridos, desaparecidos), 500.000 en el campo británico.
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El 1 de julio de 1916, inicio de la ofensiva, sigue siendo hoy el día más sangriento de la historia británica con 20.000 muertos o desaparecidos y 40.000 heridos, que se prolongó durante 141 días más con muertos, heridos o desaparecidos de todos lados al final. Los Duques y el príncipe Harry mostraron sus respetos a esa "flor de una generación" perdida en el Memorial Thiepval, el monumento que recuerda a los caídos británicos que murieron sin tumbas, y asistieron a su iluminación, por primera vez en la historia, en honor a la ocasión. El historiador Glyn Prysor dio la bienvenida al sitio a los miembros de la Familia Real británica y les mostró a 45 metros de altura el lugar conmemorativo.
"Hemos perdido la flor de una generación. Y, en los años que siguieron, es como si, con ellos, a veces se fuera para siempre una parte del optimismo vital de la vida británica. En muchos sentidos, ese día fue el más triste de la larga historia de nuestra nación", dijo el príncipe Guillermo en un breve discurso frente a un centenar de personas."Reconocemos esta noche el fracaso de los gobiernos europeos, incluyendo el nuestro, para evitar la catástrofe de la Guerra Mundial", continuó el Príncipe durante su intervención, antes de concluir: "Su sacrificio nunca, nunca se olvidará".
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El príncipe Harry leyó a continuación el poema del teniente William Noël Hodgson, "Antes de la acción" (o Antes de entrar en la batalla), escrito unos días antes de su muerte en el campo de batalla, aquel aciago 1 de julio. Se leyeron también las cartas escritas por los soldados antes de la ofensiva, antes de que los Duques y el Príncipe abandonaran 30 minutos después este impresionante monumento ya iluminado por primera vez.
Luego los representantes militares de todos los países implicados en el conflicto (el Reino Unido, Francia, Irlanda, Sudáfrica, Nueva Zelanda, Canadá, India, Pakistán, y finalmente Alemania) participaron en Memorial Thiepval en una guardia de honor de la noche a la mañana, hasta las 07:28 horas, momento en el que hace cien años sonó el silbato que ordenó a las tropas francesas y británicas lanzar el ataque sobre las trincheras alemanas con 30 toneladas de explosivos, que dejaron un cráter de 91 metros de diámetro. La primera guardia estuvo compuesta exclusivamente por soldados británicos y franceses y los reemplazos tuvieron lugar durante la noche.
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Guillermo y Harry de Inglaterra, de traje azul marino, con idénticas corbatas de rayas y con las condecoraciones reales prendidas en la solapa de sus chaquetas, y la duquesa Catherine, con un abrigo gris y negro de Missoni, un sombrero pillbox y unas perlas que otorgaban al conjunto un halo muy Jackie, vistieron de solemnidad el día más triste de la historia de Reino Unido.