Lo demostró el mayo en Australia, en noviembre en Lesotho y ahora lo ha vuelto a hacer desde que aterrizó en Katmandú. Harry de Inglaterra tiene una facilidad asombrosa para empatizar con la gente, comprometerse con las causas humanitarias y abrazar las costumbres locales allá por donde vaya. Estos cinco días del Príncipe en Nepal han dado para mucho: dio su palabra de huir de los hoteles y así lo hizo; recorrió los lugares afectados por el terremoto del 2015, descubrió las zonas rurales y hasta lució un ‘tikka’ en su sexto chakra. El quinto en la línea de sucesión al trono británico demuestra de nuevo que es un valor en alza para la monarquía británica y sorprende dando un giro final a su agenda.
Descubre en esta galería los pasos de Harry de Inglaterra en Nepal
“No puedo esperar a llegar allí y ver todo lo que este país tiene para ofrecer”, dijo -antes de partir a un país que en abril de 2015 fue sacudido por un seísmo que causó más de 7.000 muertos y dejó unos daños de los que todavía tratan de recuperase- y así lo hizo. La mañana siguiente a la recepción oficial que le brindó el Primer Ministro -cuando ocupaba la portada de unos periódicos que recordaban cómo había sido la visita de sus padre en 1998 y de su madre en 1993-, Harry olvidó su corbata y se echó a las calles, no tenía un segundo que perder. Su primera visita fue a Patan Durbar Square, un complejo arquitectónico Patrimonio de la Humanidad, en donde se animó a hacer de aprendiz para un maestro que estaba restaurando una talla de madera. De allí se fue a ver de primera mano los edificios todavía apuntalados, los centros de ayuda y emergencias –fue en la Cruz Roja en donde le recibieron poniéndole un tikka (punto de ceniza roja) en la frente- y a conocer a las familias que todavía esperan en los campamentos para volver a sus casas.
Será su juventud, su sonrisa o su divertido pelo rojo, pero a cada paso las puertas se abrían para el Príncipe, especialmente pendiente de los más jóvenes, en definitiva del futuro del país. De hecho su guía por los campamentos fue Purushottam Suwal, un chico de 15 años especialmente activo en la comunidad. Él personifica la “determinación” y la “resistencia de pueblo nepalí” del los que el Príncipe habló a su llegada.
El tercer día Harry dejó la capital para poner rumbo al Parque Nacional de Bardia, allí recorrió el río Khauraha en una balsa y se informó del trabajo que se hace para frenar a los cazadores furtivos –el pasado verano en África puso sus conocimientos como piloto al servicio de este fin, sobrevolando las zonas sensibles en busca de cazadores-. Su lado más divertido salió a la luz cuando se prestó a ejercer de tigre para hacer saltar algunos de los dispositivos instalados en el parque y comprobar así su funcionamiento.
Con flores y bailes tradicionales le recibieron en los pueblos rurales de Dalla y Leorani, todavía devastado por los terremotos, fue en este último en donde Harry encontró descanso. Antes de partir ya había advertido que no se alojaría en hoteles, que dormiría con una familia local y así fue. Mangali Gurung le abrió las puertas de su cabaña y se encargó de prepararle la cena a base de productos de la zona, vegetales, lentejas y el pan tradicional.
Esta viuda de 86 años no fue elegida al azar, ya que su marido había sido un soldado Gurkha - conocidos por ser feroces combatientes y servir en unidades especiales de las fuerzas armadas del Reino Unido y de la India-, a los que Harry guarda un gran respeto, ya que durante sus años en el ejército sirvió junto a ellos en Afganistán. De hecho, en un momento de su viaje –tras el festival Holi-, se desplazó a Pokhara, en donde sacó de su maleta su uniforme oficial para depositar una corona de flores y mostrar sus condolencias a los familiares de ocho soldados Gurkha caídos en Afganistán.
Tras ver amanecer en el Parque Nacional, hizo una caminata hasta el pueblo de Gauda para conocer las labores de reconstrucción que se llevan a cabo en la escuela de la zona, allí se unió a los escolares para disputar un partido de voleibol. Después llegaría el momento más fotografiado del viaje, cuando el hijo de Carlos de Inglaterra disfrutó de una de las tradiciones hinduistas, el Holi, el popular festival de primavera. Allí fue uno más, y lanzó y recibió ‘disparos’ de color a partes iguales.
Su último día en Nepal, Harry lo ha dedicado a las mujeres y los niños. “Hay muchos obstáculos entre las niñas y las oportunidades que se merecen”, ha dicho durante su estancia en el GirlSummit, una organización que lucha por terminar con los matrimonios infantiles y que se esfuerza por formar a las jóvenes para que tengan un futuro como mujeres dependientes. Horas después, ha sido en la unidad de quemados del Hospital Infantil Kanti en donde Harry, se ha esforzado por arrancar una sonrisa a los pequeños que se recuperan aquí de sus heridas.
Harry de Inglaterra se guardaba una sopresa, no se va de Nepal
“Voy a pasar los próximos 6 días con Team Rubicon UK trabajando con la comunidad para reconstruir una escuela dañada por el terremoto”, ha revelado Harry en un último y gran gesto de agradecimiento. Kensington Palace ha añadido a través de su cuenta oficial que se alojará en una aldea del centro del país, mientras que la organización británica que trabaja en el terreno se ha alegrado de contar con un par de manos de más para reconstruir escuelas dañadas tras los terremotos
Con su madre, la princesa Diana, en la memoria
En sus días en Nepal, Harry ha lanzado un mensaje reconfortante a la población nepalí, a la vez que ha mostrado su alma de soldado, su preocupación por la conservación y su lado más divertido. Sin embargo, si hay algo que destaca es por su vocación humanitaria, algo que en lo que –cómo antes de partir reveló al programa de televisión estadounidense, Good Morning America- está inspirado por su madre, la princesa Diana de Gales. “Espero ella está mirando hacia abajo, ya sabes, con lágrimas en los ojos, estando increíblemente orgullosa de lo que hemos establecido”, dijo el nieto de la Reina de Inglaterra.
En esa misma entrevista, Harry advirtió que van a hacer todo lo posible para que ella jamás sea olvidada y espera que los “talentos” que ella mostró se vean reflejados en su trabajo. “Perder a tu madre siendo tan joven termina marcando tu vida enormemente, pero hago lo posible para estar allí y dar consejos a quienes atraviesan una situación similar”, reveló. Al preguntarle si piensa en la paternidad dijo: “No puedo esperar por ese día, va a ser fantástico. Tengo un niño dentro de mí. Me encantan los niños, disfruto todo lo que son”. Algo que ha demostrado de nuevo durante su viaje a Nepal.