Unos manifestantes se colaron y treparon a la azotea, mientras la reina Isabel se encontraba en Windsor, y para colmo también el techo de la sala de banquetes amenaza con hundirse
Los manifestantes marcharon con confianza a través de un puesto de la policía armada, pusieron una escalera contra la pared y se subieron a la azotea real como si fueran obreros