El Palacio de Buckingham se ha vestido de gala para recibir al Presidente de China y a su esposa en su viaje oficial de cuatro días por el Reino Unido. Sin embargo, la aparición más esperada de la noche londinense ha sido la de la Duquesa de Cambridge –de soltera Kate Middleton-, que se ha convertido en la gran protagonista en su primer banquete de Estado y en su primera cita de gala tras su segunda maternidad.
Desde que entró a formar parte de la Familia Real británica –tras su boda el 29 de abril de 2011-, la mujer del príncipe Guillermo solo se ha "coronado” con el aderezo tradicional de las reinas y princesas –las tiaras- en dos ocasiones. Así que la expectación ha sido máxima desde que los Duques de Cambridge se dejaron ver montados en su Bentley saliendo del Palacio de Kensington, hasta que atravesaron las enormes puertas de espejo para hacer su aparición en el Gran Salón de Baile.
La Duquesa de Cambridge volverá a lucir una tiara esta noche: ¿Cuál será?
Comedores Reales: Descubre los lugares en los que se sientan a la mesa reyes y reinas
La Duquesa de Cambridge enseña su nuevo flequillo en su vuelta al trabajo
Como era de esperar la Duquesa ha apostado por una pieza delicada, ligera y juvenil del cofre real de Isabel II. Nada que pudiera sobresalir con respecto a la joya lucida por la soberana, ni le que le añadiera demasiados centímetros de altura, así que su decisión ha sido repetir aderezo y llevar la que lució en la en la tradicional recepción diplomática anual de corbata blanca en diciembre de 2013, la tiara Flor de Loto. Esta diadema -hecha para la Reina Madre a partir de un diamante y un collar de perlas como regalo de bodas de su marido, el rey Jorge VI, y que la Reina Madre dio en 1959 a su hija menor, la princesa Margarita-, de momento, parecer ser la favorita de Kate, que si sigue la costumbre de otras damas de la familia de identificarse con una pieza del joyero real podría acompañarle en numerosas citas en el futuro.
Con los mismos pendientes que lució ese día, tipo chandelier, y un moño bajo con su nuevo flequillo a un lado, la Duquesa de Cambridge vistió la noche con un vestido largo, tal y como manda el protocolo real, y rojo, firmado por una de sus diseñadoras de cabecera, Jenny Packham. Un color con el rindió homenaje a los invitados de honor, puesto que además de estar presente en la bandera china, es importante en su cultura ya que simboliza la buena fortuna y la alegría. Mientras la Reina, con un vestido blanco repleto de perlas y lentejuelas, lució su impresionante conjunto de zafiros, cuya tiara fue creada partiendo de las gemas de un collar y diseñada para que hiciera juego con el collar y los pendientes que su padre le había regalado por su boda.
Los Duques de Cambridge ocuparon la mesa presidencial, junto a la reina Isabel, el duque de Edimburgo y los invitados de honor. Kate ocupó su sitio a la derecha de Xi Jinping, mientras que su esposa, Peng Liyuan, se sentó entre el marido de la Reina y el príncipe Guillermo. En una cita en la que tampoco faltaron el príncipe Andrés, el príncipe Eduardo y la princesa Ana, así que la única ausencia destacada fue la del príncipe Carlos y su mujer, la Duquesa de Cornualles, que habían recibido al mandatario extranjero por la tarde en su residencia de Clarence House para tomar el té.
En el salón de estilo victoriano, construido en 1856 y presidido por los tronos de Eduardo VII y su esposa Alejandra, aguardaba la mesa con forma de herradura, en medio de una decoración que mezcla las alfombras carmesí, con decoraciones de oro y marfil, además de retratos reales, tapices del siglo XVIII y más de cien enormes candelabros dorados de la época del reinado de Jorge IV.
Como se ha podido ver en las redes oficiales, la propia Reina estuvo por la tarde supervisando desde las flores –entre las que se han incluido las clematis, originarias de China- hasta el menú de cuatro platos, para un encuentro que ha sido definido por ambos países como el inicio de una “época dorada” en sus relaciones. De hecho fue el propio príncipe Guillermo quien invitó al Xi Jinping al Reino Unido en el viaje oficial que el Príncipe realizó en marzo de este año y que supuso la primera visita de un miembro de la Familia Real en casi tres décadas.
Este encuentro entre los dos países ocupó buena parte del discurso que ofreció la soberana que también recordó algunos tesoros culturales e históricos del país: “El príncipe Felipe y yo recordamos con gran cariño nuestra visita a China hace casi 30 años, en donde tuvimos el privilegio de experimentar la historia y la riqueza cultural de su país, incluyendo la Gran Muralla, la Ciudad Prohibida y los Guerreros de Terracota, importantes huellas de la antigua civilización china”.
El presidente de China, Xi Jinping y su esposa, Peng Liyuan, llegaron a Londres esta semana para poner en marcha su gira de cuatro días por el Reino Unido. Alojados en el Palacio de Buckingham, como invitados personales de Su Majestad, fueron recibidos en la mañana del martes con todos los honores por la Reina y el duque de Edimburgo en una ceremonia de bienvenida en el Horse Guards Parade –en la que también han estado presentes el príncipe Carlos, la Duquesa de Cornualles y el Primer Ministro británico- a la que siguió una gran paseo de carruajes reales –la Reina y el Presidente ocuparon la que recibió la soberana con motivo de su Jubileo de Diamantes-, escoltados por la Guardia Real y con cientos de banderas chinas y de la Unión Jack ondeando en el cielo de la capital.