El pasado sábado, el duque y la Duquesa de Cambridge, de soltera Kate Middleton, cruzaban las puertas del ala Lindo del hospital St. Mary de Londres con la princesa Charlotte Elizabeth Diana en brazos, horas después de su nacimiento. Muy sonrientes y llenos de felicidad presentaban a su pequeña princesa al mundo y se metían en el coche rumbo al Palacio de Kensington, donde tenían previsto pasar los primeros días de vida de su hija. Era su primer viaje en coche y hoy ha disfrutado de otro, esta vez acompañada también por su hermano, el príncipe George.
Los Duques de Cambridge y niños han viajado hoy, miércoles, a Anmer Hall, su residencia situada en la campiña de Norkfolk, donde darán comienzo a su nueva vida como padres de dos hijos. Por la tarde, salían en su Range Rover negro, el mismo con el que abandonaron el hospital, conducido por el príncipe Guillermo. La Duquesa de Cambridge, iba en el asiento del copiloto con el pelo recogido, un top blanco y un fular estampado con flores azules, y los dos niños en el asiento trasero, en sus correspondientes sillas de bebé.
Antes de emprender, Charlotte de Cambridge recibió nuevas visitas. Además de la de su bisabuela, Isabel II, el martes volvió a visitarla su abuelo, el príncipe Carlos de Inglaterra, que abandonaba el Palacio de Kensington sin poder borrar su sonrisa. Y es que la familia al completo está muy feliz con la llegada del nuevo miembro de la familia.
Estos serán unos meses llenos de novedades para ellos, ya que, aunque ya tienen experiencia como padres, tendrán que aprender a dividir su tiempo entre los cuidados del príncipe George y los de la recién nacida y también acostumbrarse a su recién reformado hogar. Esta residencia se trata de un regalo que la reina Isabel hizo a su nieto el príncipe Guillermo por su 30º cumpleaños, y tras dos años de reformas, por fin pueden instalarse en ella. Está ubicada en Sandringham -propiedad de la Reina Inglaterra de 20.000 hectáreas-, y se estima que su reforma ha costado alrededor de un millón y medio de euros. Consta de diez dormitorios, gran jardín y piscina y todas las medidas de protección para que vivan tranquilos, a salvo de intrusos y ajenos a las miradas curiosas.
Pero la pareja contará con ayuda en estos primeros meses, ya que, además de tener a la niñera española María Borrallo, que hasta ahora sólo había cuidado del príncipe George, hace unos meses publicaban una oferta de trabajo como empleada del hogar, entre cuyas labores incluía "ayudar con el cuidado de niños y el cuidado de los perros". También contarán con la ayuda de los Middleton, ya que se espera que los padres de la duquesa, Carole y Michael, se muden allí para ayudar, sobre todo cuando el próximo 1 de junio el príncipe Guillermo termine su permiso de paternidad y regrese a su trabajo como piloto de ambulancias aéreas.