Lo que hace dos años pareció una compra impulsiva de Mike Tindall, el tiempo ha demostrado que fue una apuesta ganadora. Precisamente por eso el exjugador de rugby y su esposa, Zara Phillips, se pusieron locos de contentos cuando su caballo de carreras Monbeg Dude, aquel por el que nadie apostaba en su día excepto él, alcanzó el pasado sábado el tercer puesto en el Grand National de Aintree, a pesar de las escasas probabilidades.
Pero la victoria de Monbeg Dude no sólo daba razón a su orgulloso dueño, sino que además le recompensaba con la friolera de 145.000 euros. El rostro de Mike cambió en décimas de segundo de la absoluta sorpresa a la exultante felicidad al ver cruzar la meta a su protegido en una inesperada tercera posición."Estoy perdido por las palabras y las emociones," escribió más adelante en sus redes sociales. "Todo lo que puedo decir es sí, el tío (un juego de palabras porque Dude significa 'tío, tipo, amigo...')!!!!!!".
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Zara, que también se vistió para triunfar con un elegante abrigo azul marino y un tocado beis con adorno de pluma y rosa, estaba al lado de su marido en el momento de la gran conquista y la pareja celebró a continuación el buen resultado con sus amigos en el palco del hipódromo de Merseyside.
Mike Tindall admitió en una entrevista de enero de 2013 que no había pensado lo que estaba haciendo cuando compró a Monbeg Dude, y que su propia mujer no encajó demasiado bien la compra sorpresa y le llamó "idiota" cuando le dio los detalles de su adquisición.
"Me gusta pujar en subastas sin que eso implique que me haga con las cosas", explicó al Daily Mail. "Sólo fui a comer y a tomar algo. Ningún otro caballo había sido vendido por menos de 35.000 euros, así que pensé que mi primera oferta de 15.000 euros era muy segura, incluso cuando la subí a los 16.500 euros".
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"No sabía nada sobre el caballo," añadió. "No había revisado el folleto y no podía ver a Monbeg Dude, ya que estaba sentado de espaldas al anillo de venta."
Tindall tuvo que pedir la ayuda de algunos de sus amigos de rugby para ayudarle con la logística de transporte del caballo a su nuevo hogar. Michael Scudamore, hijo del campeón de jockey Peter Scudamore, se hizo cargo del traslado a Cheltenham. Tal vez ahora reciba más que un encarecido gracias.
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