Carlos de Inglaterra: un 'albañil' accidentado
El Príncipe visitó las obras de una eco-casa y, al intentar ayudar a los obreros, se hizo daño en una mano y manchó de cementó su pantalón de traje
Una de las últimas visitas previstas en la agenda del príncipe Carlos le ha llevado hasta Watford, una ciudad en Hertfordshire, al noreste de Londres. Allí, tuvo la oportunidad de ver cómo progresan los proyectos para construir una eco-casa. Lejos de mantenerse distante y ver los avances en las obras desde una perspectiva más cómoda, el hijo de la reina Isabel, no dudó en prestar su ayuda a los operarios.
Ni su traje de chaqueta (que los medios ingleses aseguran que ronda los 3.300 euros) ni sus exclusivos zapatos de la firma John Lobb (que según el diario Daily Mail cuestan alrededor de 2.270 euros y tienen más de 40 años de antigüedad) fueron un impedimento para que el Príncipe se pusiera manos a la obra.
Con un casco de protección y un chaleco reflectante, pensó que podría trasladar los grandes ladrillos que se están empleando para la construcción de la casa, diseñada por la Foundation for the Built Environment, que él mismo preside, cuyo principal objetivo es el de edificar viviendas y edificios sin dañar el medio ambiente. Uno de los coordinadores consideró oportuno ofrecerle unos guantes para que protegiera sus manos, pero Carlos de Inglaterra se veía con fuerzas y ganas de servir de ayuda.
Nada hacía presagiar las secuelas que ello conllevaría. Con lo que el Heredero no contaba era con el elevado peso de cada uno de los bloques. En su intento de moverlos de un lugar a otro, el Príncipe se hizo daño en su dedo corazón. No obstante, él insistió en que la pequeña herida de su mano se la había hecho anteriormente, cuando estaba llevando a cabo unas labores de jardinería. Además, tras el gran esfuerzo, se percató de que tenía una pequeña mancha de cemento en sus pantalones de traje, a la altura de la rodilla. En un acto de espontaneidad, preguntó a quienes le acompañaban: “¿Esto se quita?”.