'Friso y yo hablamos a veces sobre la muerte y siempre coincidíamos en que si alguna vez nos pasara algo a uno de los dos, el otro debería rehacer su vida y volver a ser feliz', declara en una entrevista a la revista holandesa Linda
Mabel de Holanda vuelve a sentir la alegría de vivir, cinco años después de que se le truncara la vida con la muerte de su marido, el príncipe Friso, y no decarta volver a encontrar el amor.
Desde la muerte de su marido, Mabel de Holanda ha vivido por y para sus hijas, las condesas Luana y Zaria, de 13 y 12 años respectivamente, y por y para sus misiones, que han acabado convirtiéndose en su propio rescate.
Triunfó el amor entre Friso y Mabel de Holanda el 24 de abril de 2004. El hijo de la princesa Beatriz tuvo que abdicar a sus derechos sucesorios al trono holandés por la disconformidad del parlamento con este matrimonio y dejó perdió su título de Príncipe de Holanda.
“El dolor y la pérdida seguirán siempre. Friso es el amor de mi vida, aunque con el tiempo la tristeza es más llevadera”, ha declarado Mabel de Holanda esta semana en una entrevista a la revista holandesa Linda.
“Friso y yo hablamos a veces sobre la muerte y siempre coincidíamos en que si alguna vez nos pasara algo a uno de los dos, el otro debería rehacer su vida y volver a ser feliz”, declaraba Mabel de Holanda a la publicación holandesa.
Mabel de Holanda vistió en un funeral en memoria de su marido un vestido negro con un lazo blanco, un adorno muy simbólico de su amor por Friso, ya que se casó con un vestido de novia lleno de lazos.
Mabel de Holanda, incondicional de la asamblea de la ONU en Nueva York, saludando muy cariñosa a Victoria de Suecia. La cuñada de la reina Máxima es una de las voces más influyentes debido a su lucha contra los matrimonios forzados infantiles.