Un año más, los Países Bajos celebran el tercer martes de septiembre el Día del Príncipe o Prinsjesdag con el que se da inicio al curso político en el país. Como manda la costumbre, exactamente a la una de la tarde Guillermo y Máxima de Holanda han puesto rumbo al Binnenhof, la sede parlamentaria de La Haya donde, en la Sala de la Caballería, el Soberano lee el Discurso del Trono, en el que se dan a conocer los planes del Gobierno para el ejercicio entrante. Una cita que ha hecho que desde primera hora de la mañana las calles de La Haya se llenaran de ciudadanos, de hecho los medios holandeses apuntan a que este año se ha registrado un récord de afluencia, con el fin de presenciar el desfile en un día en el que las temperaturas (25º y sin amenaza de lluvia) han acompañado.
Parece que lejos quedan los días en los que los Zorreguieta limitaban su asistencia a actos privados o familiares, ya que entre los invitados a este acto oficial de la máxima relevancia política han estado María del Carmen Cerruti y Juan Zorreguieta, madre y hermano de la Reina. Algunos apuntan que tras la muerte de Inés Zorreguieta, de 33 años, la familia está más unida que nunca, por otro lado, hay que recordar que era el padre de Máxima, Jorge Zorreguieta, el que no era bienvenido en Holanda a este tipo de actos por su pasado vinculado a la dictadura militar de Videla. Ha sido un verano duro, probablemente el más duro, y el rostro de la madre de Máxima lo refleja bien. En menos de un año enterró a su marido, Jorge Zorreguieta, fallecido en agosto de 2017 a los 89 años, y a su hija pequeña, una repentina muerte que conmovió a Argentina y con el que se solidarizó Holanda.
Hace unos años ya que Máxima de Holanda ha abierto las puertas de su armario a sus dos hijas mayores, las princesas Amalia y Ariadne. En esta ocasión se ha podido comprobar como también le presta ropa a su madre: María del Carmen Cerruti, de 74 años, ha acudido con un vestido blanco con el que la Reina, siendo princesa, viajó a la India en el año 2007. Un diseño de Prada con un toque étnico en el cuello y en los bajos de la falda. Foto: Gtresonline / Getty Images
Este año los Reyes han vuelto a utilizar la Carroza de Cristal ya que la Carroza de Oro está siendo sometida a una profunda restauración que se prevé dure hasta 2021. La Carroza de Oro fue un obsequio de la ciudad de Ámsterdam a la reina Guillermina en el día de su investidura como Soberana en septiembre de 1898 y tradicionalmente ha sido utilizada en el Dia del Príncipe como medio de transporte de los Reyes en su camino al Parlamento. La Carroza de Cristal, por su parte, fue encargada por el rey Guillermo I en 1821 y entregada a la Casa Real en 1826.
El trayecto de la carroza ha discurrido por las calles más céntricas de la capital administrativa holandesa. El carruaje se ha detenido finalmente delante de las puertas de la Sala de la Caballería y la reina Máxima, a la que esta carroza le sienta siempre tan bien, ha descendido por los tres pequeños peldaños forrados de terciopelo rojo luciendo un vestido de la diseñadora italiana Luisa Beccaria.
Los Reyes han sido acompañados por los príncipes Constantino y Laurentien, que ha elegido un vestido de la firma holandesa, precisamente con sede en La Haya, Hardies Couture, que se han desplazado en una berlina de gala. El resto de la comitiva estuvo compuesta por diversas autoridades militares y fuerzas de seguridad del estado, así como por representaciones de los principales cuerpos de las fuerzas armadas holandesas.
El origen de esta importante jornada se remonta a 1887 y su denominación hace referencia al cumpleaños del príncipe Guillermo V (1748-1806). Los Reyes de Holanda saludan tras la lectura de un discurso que ha sido presenciada por el gabinete de ministros al completo, secretarios de Estado, representantes del cuerpo diplomático, diversas altas autoridades como los consejeros de Estado, el Defensor del Pueblo, los miembros del Consejo de la Nobleza holandesa y representantes de la sociedad, como directivos de ONG’s y fundaciones culturales.