La Reina, que a veces asiste a los Juegos Olímpicos con el corazón dividido como las otras damas reales 'de adopción', se debe a su reino y vibró como la que más, junto a su marido, el rey Guillermo, y sus hijas, las princesas Amalia, Alexia y Ariane, con los olímpicos de los Países Bajos