Cientos de ciudadanos han vitoreado a los Reyes y a los príncipes Constantino y Laurentien, que respondieron desde la balconada saludando con la mano
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La reina Máxima se preocupó de no mojar el vaporoso vestido de Jan Taminiau, uno de sus diseñadores incondicionales y al que recurrió para el día más importante de su vida real