La reina Margarita parecía decir con su brazo derecho extendido, sus ojos chispeantes y su calurosa sonrisa, desde el mismo instante en el que vio aparecer a los Reyes de Holanda: ¡Qué gran alegría veros! La sonrisa del monarca holandés no podía dejar más patente su correspondencia
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La reina Margarita y el rey Guillermo, seguidos por la reina Máxima y el príncipe Henrik, a su llegada al Palacio de Fredensborg, unos 40 kilómetros al norte de Copenhague, donde se celebró un almuerzo en honor de los invitados holandeses
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La reina Máxima y el príncipe Henrik contemplan al rey Guillermo y a la reina Margarita pasar revista a las tropas
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Los soberanos guardaron las formas ante la Guardia Real y no perdieron de vista el protocolo marcado para la bienvenida oficial a los nuevos Reyes con todos los honores, entre cañonazos y saludos militares