"Me encantan las tiaras. Muéstrame una tiara y sabré de dónde viene. Puedo reconocer todas las tiaras en Europa". De este modo, la princesa Amalia de Holanda retó a Claudia de Breij, la escritora que publicó un perfil sobre ella al cumplir la mayoría de edad. En ese libro, que vio la luz en el otoño de 2021 siguiendo la tradición de los herederos holandeses de conceder una extensa entrevista al llegar a los 18 años, la princesa Amalia se declaró una fan total de las tiaras, los joyeros reales y las historias que cuentan. Fue entonces cuando se descubrió que desde niña su abuela y su madre, Beatriz y Máxima de los Países Bajos, le permitieron acceder a ellas, tocarlas y probárselas. Más de diez años después, la princesa heredera cumple sueño.
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Fue durante la cena de Estado que tuvo lugar esta semana en el Palacio Real de Ámstedra, con motivo de la visita oficial del sultán Haitham bin Tariq Al Said de Omán, cuando Amalia de Holanda, que hace una semana se encontraba en Madrid inaugurando su jardín de tulipanes, hizo su impresionante aparición con la icónica tiara de rubíes realizada en 1888 por la joyería Mellerio por encargo del rey Guillermo III de Holanda (tataratataraabuelo de Amalia) para su esposa, la reina Emma.
'Solía ponerme las tiaras de mi madre. Si había una en su tocador, de inmediato la tenía directamente en mi cabeza'
La pieza en cuestión, que contiene 385 piedras preciosas entre diamantes y rubíes, que por cierto son intercambiables, por ejemplo, la reina Emma, estando de luto, prescindía de los rubíes para llevarla toda en blanco, pertenece a un conjunto que durante años ha lucido la reina Máxima. La tiara tiene bastante altura, no es de las fáciles de llevar, pero esto para la princesa Amalia no es un problema, ya que ha demostrado que las domina y es sin duda la heredera de Europa a la que más veces hemos visto con tiara y con tiaras distintas.
Esta cena, en la que se celebraron los 400 años de las relaciones marítimas entre los Países Bajos y Omán, ha sido la primera ocasión que ha tenido la princesa Amalia de ponerse la tiara de rubíes en público, pero gracias a ese libro que se publicó hace cuatro años, sabemos que esa pieza es una de sus favoritos y que ya había pasado por su cabeza. “Solía ponerme las tiaras de mi madre. Si había una en su tocador, de inmediato la tenía directamente en mi cabeza”, contó para una biografía en la que se incluyó una foto nunca antes vista de Amalia probándose esa tiara en 2012. Entonces tenía ocho años y estaba observando como su madre se preparaba para una cena oficial, ahora viven juntas de nuevo ese momento, pero esta vez Amalia es también una de las protagonistas y cumple su sueño de llevar una de sus tiaras favoritas.