España siempre ocupará un lugar muy especial en el corazón de la Familia Real de los Países Bajos por dos motivos: los reyes Guillermo y Máxima se conocieron en la Feria de Abril de Sevilla y la princesa Amalia fijó su residencia en Madrid en 2023 para continuar con sus estudios universitarios después de dejar Ámsterdam por amenazas que pusieron en riesgo su seguridad. Define aquella experiencia como "una época maravillosa" y ahora ha tenido un bonito gesto con la ciudad que fue su hogar al donar unos tulipanes que recordarán para siempre los lazos que la unen con la capital.
Las flores típicas de los Países Bajos han sido plantadas este 11 de noviembre en la plaza de Oriente, al lado del Teatro Real, zona que se teñirá de blanco y naranja gracias a los tulipanes Hakuum, Orange Sherpa y Lighting Sun, entre otros. Se trata de un signo de agradecimiento con el que la princesa de Orange ha intentado devolver el cariño que sintió cuando Madrid fue su hogar: “Entrego a vuestra ciudad una pequeña muestra de las hermosas flores de los Países Bajos, para que luzcan en la bonita plaza de Oriente. Espero que aporten un poco de colorido extra a Madrid, sobre todo en primavera, del mismo modo que yo recibí todo lo que generosamente me brindó la ciudad”.
La heredera al trono neerlandés también ha dado detalles de su etapa en la capital. "Debido a circunstancias especiales, tuve el privilegio de residir un año en vuestro bello Madrid. La calidez con la que fui recibida propició que considerase Madrid mi casa durante un tiempo, por eso deseo mostrar mi profundo agradecimiento a Madrid, a sus habitantes y a todos lo que lo hicieron posible”, ha dicho mediante un comunicado con motivo del acto en el que han plantado los tulipanes. Una cita en la que han participado el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, y el embajador de Países Bajos en España, Roel Nieuwenkamp.
Este rincón neerlandés que a partir de ahora habrá en el centro de Madrid pone además de manifiesto la gran relación que existe entre ambas naciones. De hecho, Guillermo de los Países Bajos definió como una “conmovedora prueba de amistad en un periodo difícil” la estancia en Madrid de su primogénita. Estas palabras las pronunció durante la visita oficial que los reyes Felipe y Letizia hicieron en abril a territorio neerlandés, cuando destacó "la afectuosa dedicación de Sus Majestades", con los que se mostró muy agradecido.
Durante ese viaje, el jefe del Estado condecoró a Amalia de los Países Bajos con la gran cruz de la Orden de Isabel la Católica, su primera distinción internacional. Además, la princesa de Orange debutó en su primer banquete de Estado para ejercer, junto a sus padres, de anfitriona con don Felipe y doña Letizia. La buena sintonía entre ambas Casas Reales volvió a quedar reflejada durante los Juegos Olímpicos de París, cuando vimos a la princesa de Orange y a Felipe VI vibrar en la final de baloncesto masculino 3x3.
Así fue su vida en Madrid
Las amenazas que sufrió la princesa Amalia durante sus primeros meses como universitaria en Ámsterdam la obligaron a volver al Palacio de Huis ten Bosch, donde estuvo temporalmente para luego instalarse en Madrid. En la capital pudo continuar a distancia sus estudios de Política, Psicología, Derecho y Economía, pero también disfrutar "de un poco más de libertad". Además, contó con el respaldo de su familia y recibió la visita de su madre, la reina Máxima, tal y como mostró ¡HOLA! con unas imágenes exclusivas.
La primera en la línea sucesoria al trono neerlandés se adaptó muy rápido a la vida en España ya que, además de dominar el idioma, hizo un grupo de amigos que siempre formarán parte de su vida. Con ellos hizo multitud de planes como cacerías. También se dejó ver en las casetas de la Feria de Abril y acudiendo con sus padres a la boda de la duquesa de Medinaceli, Victoria de Hohenlohe, celebrada en Jerez de la Frontera.