Si hay algo que caracteriza a Máxima de los Países Bajos es su naturalidad y cercanía. Este domingo la esposa del rey Guillermo se ha reunido con un grupo de artesanos de todo el país quienes están ayudando a confeccionar las nuevas cortinas del Salón Chino, una de las áreas de recepción del Palacio Huis ten Bosch, una de las cuatro residencias oficiales de la Familia Real neerlandesa y hogar del monarca de los Países Bajos. Ni corta ni perezosa, la madre de la princesa Amalia ha cogido aguja e hilo para ponerse a sus órdenes y aprender a bordar con sus propias manos esta prenda textil.
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La Reina ha disfrutado mucho de esta jornada de costura para la que ha elegido un estilismo cuyo protagonismo se centraba en un chaleco largo de lana de la firma española Massimo Dutti, que combinó con un jersey y unos pantalones, un conjunto monocolor en tono beis. Como complemento unas gafas de ver, para no dar puntada sin hilo, de Tom Ford. No sabemos si la reina Máxima sabe o no coser, pero sí que se ha involucrado como una más y que se ha divertido charlando animadamente con las responsables mientras han elegido las telas, los colores y los diseños que iban a plasmar.
La pieza que se está confeccionando es una nueva versión moderna de las cortinas originales de seda del siglo XVIII ya que estas son demasiado frágiles para el uso diario, por lo que serán retiradas para poder ser conservadas de la manera adecuada. El diseño se elabora en una máquina de bordar de alta tecnología en el laboratorio del Museo Textil de Tilburg, uno de los pocos museos relacionados con un oficio, que se encuentra aún en funcionamiento en Holanda, y luego más de un centenar de personas agregan los bordados. Las nuevas cortinas están diseñadas por Liesbeth Stinissen y los bordados estarán guiados por la experta Anna Bolk. En el encargo trabajan quince grupos artesanales procedentes de todo el país. Se prevé que estén terminadas en unos meses y el resultado se podrá ver el próximo otoño, junto a los visillos históricos y las historias de artesanos, en la exposición Bordados reales. Cuentos y artesanía en dicho espacio.
A Máxima de los Países Bajos no hay nada que se le resista y, tan solo unas horas antes, podíamos verla en una faceta muy diferente: como granjera. Con motivo del Día Nacional del Voluntariado impulsado por decimoctava vez por la Orange Fund, fundación que presiden los Reyes de los neerlandeses pasaron una jornada en la finca Op Aarde en Brielle, donde desempeñó diferentes labores y se desenvolvió a las mil maravillas. Con sudadera blanca, pantalones cómodos y zapatillas, una de las actividades que realizó fue la de lijar un banco del jardín para que los habitantes de la granja puedan usarlo ahora que quedan pocos días para la llegada de la primavera. Tampoco se le cayeron los anillos a la hora de realizar las tareas de mantenimiento y limpieza de las cuadras de las cabras y ovejas. Sin perder la sonrisa en ningún momento y con un gran rastrillo en la mano, la Reina de los neerlandeses se encargó de coger poco a poco montones de paja que había esparcida por el suelo, entre otras muchas labores.