Guillermo y Máxima de Países Bajos son unos enamorados de Andalucía. Fue en la Feria de Abril de Sevilla del año 1999 donde se conocieron y por eso guardan un grato recuerdo de esta región. La pareja, que el pasado 2 de febrero celebró su 20º aniversario de boda, ha estado estos días pasados en varias ciudades andaluzas, según ha publicado ABC Córdoba. Esta visita ha sido privada, motivo por el que la Casa Real no ha informado de ella y se ha desarrollado con gran discreción. En su viaje, los Reyes disfrutaron de los principales monumentos de la ciudad cordobesa como la Mezquita y después degustaron de la gastronomía típica en dos restaurantes. El monarca y su esposa llegaron a Córdoba, después de haber estado en Granada y se alojaron en un céntrico hotel. De manera oficial, la Casa Real solo informó del aniversario, pero no comunicó cómo se iba a celebrar esta significativa fecha ni se distribuyeron nuevas fotos oficiales.
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La pareja se alojó en el Hotel Palacio del Bailío de la capital cordobesa y recorrieron la Mezquita con una guía que les explicó con todo detalle los tesoros de este impresionante monumento. De allí se fueron andando al restaurante la Ermita de la Candelaria, uno de los locales con más renombre de la ciudad especializado en comida tradicional española y sobre todo cordobesa con platos como las lascas de bacalao, tomate rosa, aguacate y cebolleta (16 euros), mollejas de cordero (14,50 euros), croquetas de jamón (12 euros), arroces (17 euros), chipirones en su tinta (17,50 euros) o rabo de toro (25 euros). Según el periódico, disfrutaron hasta de una tarta por su aniversario y fueron invitados a una copa de PX del lagar de Santa Magdalena, acompañado de unos tulipanes, flor típica de su país.
- El emocionante gesto de Máxima de Holanda al despedirse entre lágrimas de una seguidora enferma
Al día siguiente, fueron al Palacio de Viana, situado en el barrio cordobés de Santa Marina, que data del siglo XV y cuenta con doce patios y jardín y se ha convertido en uno de los monumentos de Córdoba con más tirón turístico. De allí se fueron al restaurante Los Berengueles, situado frente a la casa donde nació Manolete, y donde comieron de una manera informal carnes y pescados en un local con marcado estilo andaluz. Su periplo continuó por Jerez de la Frontera y Sevilla, la ciudad que siempre recuerdan pues fue allí, durante la Feria de hace 23 años, donde sus caminos se cruzaron gracias a un amigo común.
No es la primera vez que los Reyes de Países Bajos visitan Sevilla. En la Feria de Abril de 2019, acudieron acompañados por sus tres hijas, las princesas Amalia, Alexia y Ariane. A diferencia de este último viaje, en aquella ocasión su visita provocó todo un revuelo en la ciudad hispalense y no dudaron en posar, con la mejor de sus sonrisas, ante los reporteros gráficos que les aguardaban en la entrada de la caseta del Real Club de Andalucía, más conocida como El Aero. La Reina y sus niñas lucieron trajes de flamenca con sello español que estaban firmados por la diseñadora Fabiola García-Liñan, creadora de la firma de costura Fabiola 1987, unos trajes únicos que se acompañaron de complementos tradicionales como los mantoncillos, abanicos y flores para sus moños. También se les vio a bordo de un coche de caballos.
Guillermo y Máxima de Países Bajos se casaron el 2 de febrero de 2002 en Ámsterdam. Antes, el alcalde de la ciudad ofició la ceremonia civil. Su enlace fue uno de los más románticos de la realeza. Máxima -imponente con un vestido de Valentino- tuvo que renunciar a que su padre, que había sido ministro durante la dictadura argentina de Videla, estuviera en la ceremonia y no pudo reprimir las lágrimas al oír un tango durante la celebración. Tras la boda la pareja selló su amor ante su pueblo con un beso de película tras el cual Máxima mostró su gran sonrisa, que la hecho convertirse en una Reina de lo más carismática.