m xima de holanda y guillermo de los pa ses bajos© CONTACTO

Máxima, la reina más atrevida y natural, en su cincuenta cumpleaños

Concede una entrevista excepcional en la que se sincera sobre la vida y el amor, se va de concierto con su familia vistiendo todos de gala y posa para el Rey Guillermo por primera vez


Actualizado 19 de mayo de 2021 - 15:14 CEST

Máxima ha entrado en la historia de las soberanas de los Países Bajos con todos los honores. En Holanda, nunca hubo una Reina más popular, aunque su medio siglo de vida ha venido acompañado de los peores datos. Así lo han puesto de manifiesto las últimas encuestas… Pero, aun así, Su Majestad llega al medio siglo de vida siendo el gran símbolo de la monarquía y el alma del reino.

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© RVD/REY GUILLERMO

Enmarcando su cumpleaños, ha compartido tres nuevos retratos realizados por su marido, el Rey Guillermo, en los jardines de su palacio, Huis ten Bosch, en La Haya.

A Máxima le hubiera gustado celebrar su cincuenta cumpleaños por todo lo alto, con cenas, fiestas y desfiles de tiaras, pero la pandemia también estropeó sus planes. “Por supuesto, quieres celebrarlo con tantos amigos y familiares como sea posible, pero no es posible. No es el momento, esperaremos a tiempos mejores… Me considero afortunada de poder envejecer y estar sana”, decía a su paso por Keukenhof, el mayor jardín de tulipanes del mundo, en las vísperas de llegar al medio siglo.

“Piso mi vestido de novia, me enredo y me caigo”

De la corona de plástico y el vals imposible con un príncipe azul imaginario, en su Buenos Aires natal, al cante y baile de una sevillana, en la Feria de Abril, con el hombre llamado a ser el primer Rey de Holanda en ciento veintitrés años. De brillante profesional en el mundo de las finanzas, en Nueva York, a joven novia real, en el palacio de La Haya; de ser tú a Alteza Real y de Alteza Real a Su Majestad. Un excepcional destino que apuntaló raíces en España (un país muy querido y siempre presente en la vida de la Reina) y quedó sellado  con su boda con Guillermo de Orange-Nassau , el 2 de febrero de 2002, en Ámsterdam, la ciudad que salió a la calle para verla en la carroza de oro, con la tiara de las estrellas y vestida de Valentino. Ese traje nacarado de museo con el que, en la antesala de la ceremonia, tuvo una pesadilla recurrente que no la dejó dormir: “Piso mi vestido de novia, me enredo y me caigo”.

“Me costaba imaginarme a alguien que estuviera tan enamorado de mí como yo de él… Mi marido es mi ancla. Me mantiene alerta. Me estimula, pero, al mismo tiempo, también me abraza fuerte”

A pesar de los difíciles comienzos —señalada frontalmente por ser hija de Jorge Zorreguieta, secretario de Agricultura en la dictadura del general Videla—, la historia entre Máxima y los Países Bajos podría resumirse como un amor a primera vista... y sigue.

“La música nos completa la vida”

Lo cuenta en su última entrevista y, también lo hemos visto estos días, a pesar de las austeras celebraciones y el público reducido. Cuando cumplió cuarenta años, la entonces princesa confesó que uno de sus deseos  era llevar la música a todas las aulas del reino … y el reino la ha acompañado con música. De la mano de a Fundación Méér Muziek in de Klas (Más Música en las Aulas), se ha asegurado de que 1,4 millones de estudiantes de primaria reciban educación musical… Pero todavía está a mitad de camino de cumplir el sueño y, en los últimos días, la Reina decidió unir celebraciones a agenda con una gira — Cincuenta días de música — por diferentes ciudades para tener al menos cincuenta acordes musicales en todo el país. “La música nos completa la vida”.

© RVD/REY GUILLERMO

Máxima al natural, en unas imágenes muy diferentes con las que quiso rendir honores a la moda española: jersey blanco de cuello cisne, de Massimo Dutti, y unos pendientes en forma de flor, de Zara.

Cantando una canción de Queen

Máxima abrió la agenda festiva cantando a viva voz Somebody to Love, de Queen. Sentada, aplaudiendo y llevando el ritmo con los pies, la Reina se unió a la popular banda de las tres hermanas OG3NE, las ganadoras de The Voice Holanda en 2014. Aunque esto solo fue el principio.

Máxima contó que antes de su boda recorrió los Países Bajos “con una peluca negra y un gran mapa” para explorar el país. Charlaba con la gente “para practicar mi holandés” y comía en los bares

El miércoles, acompañada de las personas más importantes de su vida, su marido y sus tres hijas, Amalia, Alexia y Ariadne, a las que suele referirse como “nuestro mayor tesoro”, y la princesa Beatriz —soberana de los Países Bajos durante treinta y tres años—, una segunda madre para ella, recibiría el mejor regalo. La fundación con la que ha estado trabajando mano a mano organizó en su honor el concierto   Reina Máxima; una vida llena de música  , en el teatro Carre, de Ámsterdam. Solo para ellos. Sin espectadores, aunque fue transmitido en la noche del domingo por NPO 1, cadena de televisión pública.

Las mejores galas

Toda la familia asistió con las mejores galas. Para su día especial, la Reina eligió un vestido muy vanguardista de la diseñadora holandesa Iris van Herpen. Un atrevido diseño con forro de color piel y gasa estampada, con olas en azul verdoso, que combinó con su broche de mariposa (como joya de pelo), los pendientes y la gargantilla, de la colección de esmeraldas y diamantes de la Reina Guillermina, bisa­buela de su marido.

Sobre su hermana Inés dijo, con lágrimas, que “cuando alguien de tu familia se quita la vida, no es solo la tristeza… No sé si está en el cielo, pero cuando pienso en ella es con una gran sonrisa”

Tiene porte —con su 1,78 de estatura, es la Reina más alta— y está fabulosa porque se cuida muchísimo.  Come muy sano, aunque a veces también peca —le encantan los dulces argentinos—, y se mantiene en forma a base de mucho deporte: “Nado y juego al tenis con las chicas y mis desplazamientos los hago en bicicleta”. También juega al golf, patina, monta a caballo, esquía y le gusta mucho el kickboxing.

© GettyImages

© CASA REAL DE HOLANDA

Arriba, el día de su boda (2 de febrero de 2002). Abajo, recreando, el último San Valentín, el momento de su compromiso (2001).

‘La triple A’

Máxima es una Reina orgullosa y, aun no pudiendo contar con la presencia de su madre, sus hermanos, sus mejores amigos o representantes de las Casas Reales de Europa, solo brinda sonrisas. A su lado tiene lo mejor del mundo: sus tres hijas, conocidas como ‘la triple A’ en los Países Bajos, en referencia a las iniciales de sus nombres, Amalia (diecisiete años), Alexia (quince) y Ariadne (catorce).

Ellas también se vistieron de largo para triunfar en una noche inolvidable para su madre. La princesa heredera, con un vestido estampado de flores de la firma británica Needle & Thread, bolso de Marina Raphaël y unos pendientes prestados del joyero de su madre, así como unos altísimos zapatos de tacón de 12 centímetros. La princesa Alexia, futura compañera de colegio de la princesa Leonor, un vestido verde de lamé elástico de la firma francesa Maje, chal a juego y cuñas de esparto. Y Ariadne, la más cambiada de las hermanas, un vestido de lentejuelas y pedrería en tonos rosas de la misma firma británica que su hermana mayor.

Las imágenes más sencillas

Enmarcando su cumpleaños, la Casa Real también ha compartido tres nuevos retratos de la Reina. Máxima al natural, posando para el mejor fotógrafo: su marido, el Rey Guillermo, en los jardines de su palacio, Huis ten Bosch (La Haya). Unas imágenes muy diferentes con las que quiso rendir honores a la moda española: jersey blanco de cuello cisne, de Massimo Dutti, y unos pendientes en forma de flor, de Zara. Apoyada en el tronco de un árbol, con un abrigo de pata de gallo, y sentada en un muro, con el fondo verde de la primavera.

A la Reina Máxima le gusta disfrutar de la Naturaleza paseando con sus perros labradores, ‘Nala’, ‘Luna’ y ‘Skipper’. Es uno de sus pasatiempos favoritos, aunque también tiene otros. Canta, baila —aunque no se atreve con el tango—, toca la guitarra y le encanta bordar y tejer porque la calma.

© CASA REAL HOLANDA

© GettyImages

Arriba, los Reyes y sus hijas, Amalia, Alexia y Ariadne (vestidas de flamencas), en la Feria de Abril de 2019. Querían mostrarles dónde empezó todo veinte años antes. Abajo, el día del bautizo de su hija Alexia y recorriendo las calles de Ámsterdam en su carroza de oro.

La reina detrás de escena

En estas últimas fotografías, Máxima nos muestra ese otro lado. La Reina detrás de escena, vestida de manera sencilla y con ropa española.

Las soberanas de la Casa de Orange nunca dejaron una impronta relevante en la moda holandesa, pero fue llegar ella y cambiarlo todo. A los tres días de poner un pie en la corte,  ya se estaba hablando de su estilo . De sus atrevidos looks —porque la Reina se atreve con todo— y de sus sombreros, pamelas, tocados y tiaras… Porque Máxima ama las joyas.

Una fotografía privada

El medio siglo de vida de Máxima también fue señalado con la emisión de cinco sellos que reflejan su esencia. Y de las fotos elegidas para ilustrarlos, destaca, sin duda, una en blanco y negro de su álbum personal. Fue realizada en Nueva York, en 1999, cuando acababa de conocer al ahora Rey Guillermo. Esta es la primera vez que la soberana de los Países Bajos protagoniza una colección donde aparece sola. Y también la primera, desde 2011, que concede una entrevista en solitario, que fue emitida el lunes por la noche en la televisión holandesa.

Después de diez años y con motivo de su inolvidable aniversario, Máxima ha tenido una conversación sincera sobre la vida, el amor y el trabajo con Matthijs van Nieuwkerk.

© RVD/REY GUILLERMO

Máxima en su último posado.

“Cumplir cincuenta no es una hazaña”

La entrevista tiene lugar en el despacho de Máxima. “Cumplir cincuenta no es una hazaña”. “Estoy agradecida de que se me permita envejecer”, dice la Reina. Matthijs le regala un libro de Pablo Neruda y la soberana lee un poema en español. “ Encuentro la lectura de poesía muy relajante . Cuando tengo media hora, abro un libro. A veces, lo llevo en mi bolso. Eso da un poco de tranquilidad… Pero me resulta muy difícil leer sobre mí”, añade refiriéndose a los libros que repasan su vida: “Es la mirada de alguien de fuera. Y yo no me miro de esa manera. Vivo en el hoy. No me preocupa tanto mi pasado”.

La Reina afirma, entonces, que hay un poco de verdad en la historia de que una pitonisa le predijo que se casaría con un príncipe leyendo las cartas del tarot.

“Pensé que no me casaría”

“Pensé que, probablemente, no me casaría. Me costaba imaginarme a alguien que estuviera tan enamorado de mí como yo de él. Y el momento también tenía que ser el correcto. Así que invertí, principalmente, en mi trabajo y mis pasiones”. Y añade que su historia de amor no empezó con buen pie en Sevilla. “Me miró muy mal. ¿Por qué me mira así? Simplemente, no lo entendí en absoluto. ¿Quién se cree que es? Si quiero hacer fotos, hago fotos. Así que no fue un buen comienzo”.

Pero Holanda, un país desconocido, entró en su radar, aunque “quería estar lo más lejos posible de todo esto. Pero mi esposo es persistente. Lo que también me alegró, porque me gustó mucho”. Y, luego, confiesa que el amor entre ellos creció y creció y dio el paso de acercarse a Holanda.

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La Familia Real a su llegada al Teatro Real Carre, de Áms­terdam, donde disfrutaron del concierto ‘La Reina Máxima, una vida llena de música’, con motivo de su cincuenta cumpleaños. Alexia, inseparable de su madre; Amalia, siempre al lado de su padre, y Ariadne, la más cambiada de la tres hermanas, siempre por libre.

“Me puse una peluca negra, para que no me reconocieran, y con un mapa recorrí los Países Bajos para explorar el país y entender cómo eran. Charlaba con la gente para practicar mi holandés y comía bitterballen (un snack tradicional de la cocina holandesa) en los bares… No quería avergonzar a la familia, pero tenía la necesidad de saber en qué me estaba metiendo”.

No juzgan a la hija

Matthijs habla de su entrada en Holanda. ¿Fue una decisión difícil? “Una vez que estás enamorado de alguien y quieres compartir algo con esa persona, lo haces con todo lo que tienes y te haces cargo de  su amor por su país, su trabajo . Y, por supuesto, lo encontré fascinante. Un gran viaje. Soy muy curiosa”.

Matthijs aborda, entonces, el hecho de si su boda fue el día más feliz de su vida, a pesar de la ausencia de sus padres . “Sí, pero contradictorio. La vida es contradictoria. Un buen momento, pero, a la vez, difícil también porque mi madre eligió a mi padre. No obtenemos todo lo que queremos”. “Los Países Bajos han demostrado que defienden sus principios. Y no juzgan a la hija por las acciones del padre”.

“No veo a Amalia como la futura Reina. Pienso en ella como mi bebé”. Alexia “es una gran hija” y Ariadne “tiene muchos talentos”

Recordando el momento de las lágrimas cuando sonó el tango Nonino, Máxima dijo que “con esa canción me llevé todo mi pasado”. La Reina contó que vio de nuevo esa escena —”volvió a salir toda la lágrima”— en televisión, hace diez años, y que Amalia preguntó: “Papá, ¿qué hiciste para hacerla llorar?”.

La muerte de su hermana

Cuando Máxima habla de su compromiso con el cuidado de la salud mental, el momento se vuelve especialmente íntimo al recordar la muerte de su hermana Inés, en 2018. La Reina sostiene las lágrimas. “Lo que he aprendido es que tengo que usar esa experiencia para que otros no pasen por ella. Cuando alguien de tu familia se quita la vida, no es solo la tristeza y la frustración que sientes, es también la vergüenza y el miedo. ¿Podríamos haber hecho más? No sé si está en el cielo, pero cuando pienso en ella es con una gran sonrisa. Eso costó algún tiempo”.

“Me duele en el corazón”

Sobre la bajada de popularidad de la Casa de Orange en el último año y su viaje a Grecia, Máxima dijo que “eso me duele en el corazón. Trabajo muy duro para lograr cosas. Era un país en la zona amarilla, fuimos a nuestra propia casa. Pensamos en las posibilidades, no en las limitaciones. Y fue un error de juicio. Estaba permitido, pero no hubo solidaridad”.

© CordonPress

© GTres

Amalia, muy pendiente de su abuela la princesa Beatriz, de ochenta y tres años, quien celebró el cumpleaños de su nuera con besos y la mejor de las sonrisas.

Máxima habla también sobre la maternidad. A Alexia la define como “una gran hija”, de Ariadne cuenta que tiene muchos talentos y de su primogénita dice que “no veo a Amalia como la futura Reina. Pienso en ella como mi bebé, aunque muy responsable… Se está tomando su tiempo. Encontrará su propia manera de hacer esto”. “No es fácil. Sus vidas están en el centro de atención. Eso tiene sus desafíos, pero también muchas cosas divertidas y hermosas. Tienes la oportunidad de significar algo para los demás, de cambiar algo, pero todavía es una niña. Queremos darles la libertad de cometer errores porque eso es lo que te enseña a ser fuerte para convertirte en mujer, pero también ofrecer cierta seguridad para que los errores no sean demasiado grandes”.

Finalmente, Matthijs pregunta a la Reina qué significa el Rey Guillermo Alejandro para ella: “Él es mi ancla. Me mantiene alerta. Me estimula para hacer mi trabajo, pero, al mismo tiempo, también me abraza fuerte. Creo que esa combinación es fantástica. Lo pasamos muy bien juntos. Es un gran padre para las niñas y un tremendo apoyo”.