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Anya Taylor-Joy tiene nombre ruso y apellido escocés, pero se considera cien por ciento argentina. La protagonista de Gambito de dama, la serie de Netflix que arrasa en todo el mundo, es hija de padre anglo-argentino y madre africana y española, nació en Estados Unidos y con pocas semanas de vida se instaló en Buenos Aires, la capital de Argentina. “Suelo decir que vengo de muchos sitios diferentes. Pero si tengo que definir de dónde viene mi actitud de vida y mi calidad como persona, es de la Argentina. Me siento muy orgullosa de venir de Argentina”, ha declarado Taylor-Joy a la prensa de ese país.
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“Creo que tenía dos semanas de vida cuando nos fuimos a vivir a Buenos Aires y allí tuve mis primeros amigos que aún conservo. Mi lengua materna fue el castellano y todavía suelo viajar a Argentina para pasar las Navidades”, ha explicado la actriz, que sigue teniendo mucha familia en el país sudamericano. “Echo mucho de menos a la gente argentina porque es muy tierna, se da muchos abrazos, se toca mucho y eso me gusta. En los Estados Unidos todo es un poquito frio”.
Anya y la Reina de los Países Bajos, alumnas de Northlands School
De hecho, se siente tan argentina que incluso ha reconocido ser “fanática” de las empanadas, la pizza y los churros rellenos. Pero lo que pocos saben sobre Gambito de dama es que también tiene una conexión real con la Reina Máxima de Holanda. Anya fue al jardín de infantes y a la escuela primaria del prestigioso Northlands School, el mismo colegio donde estudió Máxima (la política hispano-argentina Cayetana Álvarez de Toledo también pasó por esas aulas). La actriz se formó en este elitista colegio bilingüe de Buenos Aires hasta el año 2002, cuando su familia decidió mudarse a Inglaterra. Entonces, tenía seis años.
© Getty Images“La situación política en Argentina se estaba volviendo tan terrible que mis padres decidieron que sus hijos crecieran en un entorno sin miedo. Todos estábamos realmente enfadados con ellos por eso y ahora miramos hacia atrás y les agradecemos mucho porque nos dieron esta oportunidad en la vida”, ha explicado en algunas entrevistas. Curiosamente, aunque estudió en uno de los mejores colegios ingleses de Buenos Aires, Anya siempre dice que llegó a Londres sin hablar bien inglés y que le costó mucho adaptarse a la vida en Inglaterra.
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“Venía de un lugar donde todo era verde y todo era caro y había animales por todas partes y, de repente, vine aquí y pensé: ‘¿Qué diablos está pasando?”. Una década después, con dieciséis, fue descubierta en la calle por un cazador de talentos y comenzó su carrera como modelo y actriz. Pero, al igual que Máxima de Holanda, no olvida sus raíces argentinas y siempre que puede vuelve a su casa. Por cierto, a las dos les gusta el dulce de leche: a la Reina de los Países Bajos le encanta comerlo en alfajores, y a “Gambito”, con churros.
