Lunes 23 de noviembre de 2020. Los reyes Guillermo y Máxima de Holanda tenían por delante dos actos atípicos, por separado, y que iban a dejarnos imágenes entrañables y muy divertidas. Aunque estamos acostumbrados a que el monarca de los Países Bajos y su mujer protagonicen escenas hilarantes durante algunas de sus apariciones públicas, lo cierto es que estas últimas vuelven a dejarnos claro, una vez más, que la espontaneidad, la naturalidad, el sentido del humor y la simpatía son rasgos característicos de sus respectivas personalidades
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Mientras Guillermo de Holanda se trasladó hasta el zoológico de Blijdorp en Rotterdam en una visita de trabajo centrada en los programas de investigación y reproducción para mantener las poblaciones de animales en estos tiempos del COVID-19, la argentina se encargó de entregar el Premio Prins Bernhard Cultuurfonds 2020 en Ámsterdam. En concreto, en esta ocasión el galardonado era el colectivo de danza ISH
Desde la pandemia mundial, los zoológicos han visto reducidos sus ingresos debido a los cierres o a la limitación en el aforo. Por ello el rey Guillermo quiso conocer de primera mano el recinto y la influencia del coronavirus en la conservación de determinadas especies en peligro de extinción, así como la gestión y coordinación de este tipo de centros y algunas de las iniciativas internaciones que han surgido para la protección animal y de la naturaleza
Por su parte, Máxima de Holanda se divirtió de lo lindo en este acto en el que se destaca a una persona o institucional con gran trayectoria en el campo de la cultura, la naturaleza o la ciencia en los Países Bajos. El premio, dotado con 150.000 euros, recayó en ISH Dance Collective por "su innovación en las artes escénicas al combinar formas artísticas de una manera única y hacer que la sociedad sea mejor"
Guillermo de Holanda no se quedó atrás. Visitó los recintos de los pandas rojos, los elefantes asiáticos (en la imagen) y el centro de conservación de la naturaleza. Una de las escenas más tiernas y simpáticas fue cuando jugó a la pelota con uno de los elefantes, mostrando así su lado menos protocolario. Fue, sin duda, la imagen del día. Y es que a la Familia Real holandesa le encantan los animales (no en vano tienen varios perros en su residencia)
Para la ocasión, Máxima de Holanda optaba por una busa dorada, a juego con su bolso y falda con estampado geométrico. La mujer del monarca de los Países Bajos mostraba esta vez un peinado distinto al que nos enseñó a principios de este mes, cuando una videollamada suya nos permitió ver no solo el estilismo elegido, sino también el estilo personal y la decoración con la que dotaba a sus sesiones de trabajo