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Es uno de los grandes acontecimientos en Holanda, que este año ha quedado algo deslucido por las restricciones sanitarias que ha impuesto el coronavirus. Los reyes Máxima y Guillermo han participado en la apertura del Parlamento que trae importantes novedades y con tradiciones que se mantienen a pesar de estar en tiempos de pandemia. Así, el monarca ha pronunciado su tradicional discurso desde el trono a los Estados Generales (cámaras alta y baja) y el desfile militar ha sido más pequeño. Tampoco ha habido saludo desde el balcón de Palacio ni el tradicional recorrido de los Reyes para darse un baño de multitudes.
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Como viene siendo habitual en los últimos tiempos, las hijas de los Reyes, las princesas Amalia, Alexia y Ariane han sido las grandes ausentes en este día en el que el Rey también ha dirigido unas palabras con las que se da el pistoletazo de salida al curso político. En esta ocasión, el acto no ha tenido lugar en el Ridderzaal, que alberga la sede de los Estados Generales de los Países Bajos, sino en la Grote Kerk o gran iglesia de La Haya en donde los invitados han guardado una distancia de metro y medio de separación entre ellos. Es uno de los edificios más antiguos de la ciudad y algunos miembros de la Casa Real han sido bautizados allí.
Para esta cita, Máxima de Holanda ha elegido un vestido color mostaza de manga francesa con volantes, que se puso por primera vez en el año 2018, que ha acompañado de unos guantes de cuero y de un original tocado en forma de diadema en color dorado. Además ha completado su estilismo con un espectacular broche en la cintura y con la banda y la estrella de la Gran Cruz de la Orden del León de los Países Bajos
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Tras ellos se ha visto a los príncipes Constantino y Laurentien. La Princesa ha elegido una falda larga de punto multicolor, con top, foulard y diadema a juego. Llevaba las condecoraciones pertenecientes a la Gran Cruz de la Orden de la Casa de Orange.
La solemne apertura de las Cámaras se celebra siempre el tercer martes del mes de septiembre y aunque no es festivo en el país, los holandeses se echan a la calle para saludar a los Reyes, aunque este año van a disfrutar de un desfile militar más reducido con apenas 50 soldados de las Fuerzas Armadas frente a los 2.500 de otros años.
Además de los reyes Guillermo y Máxima y de los príncipes Constantino, hermano del soberano, y su esposa, Laurentien, han estado presentes los diputados, representantes políticos de Aruba, Curasao y San Martín, el vicepresidente del Consejo de Estado, el presidente del Tribunal de Cuentas, el Defensor del Pueblo Nacional así como el alcalde de La Haya y el Comisionado del Rey de Holanda Meridional.
En su discurso, el Rey ha querido mostrar su admiración y agradecimiento a todos los que han luchado en la crisis del coronavirus y ha querido expresar su apoyo y condolencias a aquellos "que se han visto afectados por el coronavirus o que ya no tienen a un ser querido con ellos". También ha remarcado que "la sociedad ha demostraro una vez más ser fuerte. Sigue siendo especial cómo los holandeses se apoyan mutuamente cuando surge la necesidad", ha continuado el monarca. También ha hecho referencia a la buena marcha del país. "La economía y las finanzas públicas holandesas son resistentes. En los últimos años se ha creado un colchón financiero del que ahora estamos obteniendo beneficios (...) Los Países Bajos continúan apoyando a las regiones más vulnerables del mundo, que se han visto gravemente afectadas por el coronavirus", ha recordado en una extensa intervención.
El traslado de los Reyes hasta el acto, que se convierte en un desfile por las calles del centro de la ciudad, también se ha transformado ya que han prescindido de las fabulosas carrozas de Palacio para desplazarse en coche.
Hasta el año 2015, los soberanos y sus consortes llegaban al parlamento holandés en la Gouden Koets o Carroza Dorada, un espectacular vehículo que inspiró a Walt Disney y que transportó a Guillermo y Máxima el día de su boda. La carroza no ha vuelto a ser usada y actualmente se encuentra en trabajos de rehabilitación, que comenzaron hace cinco años y que terminarán el año que viene, fecha en la que será expuesta en el Museo de Ámsterdam.
En los últimos años, los Reyes han usado para este importante día la carroza de cristal, que aunque menos espectacular que la Dorada, también está exenta de menos polémica. La Gouden Koets ha sido criticada por tener un matiz racista ya que se ve a la virgen holandesa como signo de adoración mientras que algunos nativos de las antiguas colonias holandesas le brindaban ofrendas. Algunos sectores del país han visto que estas pinturas y el carruaje son “una referencia a la sumisión colonial”.
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