Guillermo y Máxima de Holanda son de los pocos Reyes de Europa que sí que han salido de Palacio para continuar con su agenda in situ durante la pandemia. Esto ha sido posible porque en los Países Bajos las medidas de confinamiento han sido menos duras que en el resto de Europa. Eso sí, en cada una de sus salidas, todas relacionadas con visitas a entidades o empresas que luchan contra el coronavirus, siempre han mantenido el distanciamiento social y han evitado saludar a sus interlocutores con apretones de manos o dos besos.
En esta ocasión, el soberano y su mujer se han quedado en el Palacio de Huis ten Bosch, que sufrió una profunda reforma y que estrenaron el pasado verano. En esta ocasión hemos visto a los Reyes en sus respectivos despachos, unas espectaculares estancias con una cuidada y fascinante decoración
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Aunque la Casa Real holandesa acaba de hacer públicas estas imágenes, lo cierto es que fueron tomadas la semana pasada. Con ropa cómoda y llevando gafas -un complemento con el que no suele aprecer en los actos oficiales- Máxima ha contactado con su iPad para realizar videoconferencias. El despacho de la Reina destsaca por su papel pintado con unas grandes palmeras en tonos grises
El despacho de Máxima de Holanda está presidido por una original lámpara de techo, el papel pintado y por objetos seleccionados en dorado, como la lámpara de su escritorio o una manzana decorativa en uno de los extremos de la mesa. El resto, son muebles antiguos bañados por mucha luz natural
También Guillermo de Holanda ha permanecido en su despacho contactando con varias instituciones relacionadas con la salud para expresar, al igual que su mujer su apoyo y esfuerzo a las personas que luchan contra el COVID-19 y aquellos que siguen trabajando para mantener los servicios esenciales. Con un iPad, al igual que su mujer, el monarca mantiene, según Palacio, un ritmo de trabajo muy intenso mayor incluso al que tenía antes del estallido de la crisis sanitaria
En su recien estrenada oficina, el monarca trabaja de manera muy cómoda sin traje ni corbata. Tan solo unos pantalones de loneta, un polo azul y unos moccasiones de ante hacen que el Rey se sienta cómodo para teletrabajar. Ademas de su tableta, el hijo de Beatriz de Holanda usa unos auriculares inalámbricos, su teléfono móvil y un ordenador de sobremesa para tomar el pulso durante la pandemia a la sociedad de su país. A diferencia del despacho de su mujer, en el del soberano el color premoninante es el marrón oscuro y los disñeos más minimalistas
Pese a las líneas simples, la luz también es otro de los elementos predominantes en el despacho del jefe de Estado de los Países Bajos. Un sinfín de fotografías familiares copan las estantería situada justo detrás de su mesa de trabajo. Para proteger el suelo de las ruedas de su silla, el Rey tiene un plástico protector para evitar rayones.
Además de sus despachos personales, el ala de trabajo de los Reyes también comprende la estancias en las que reciben a autoridades o mantienen reuniones, mientras que la parte privada del Palacio no ha sido fotografiada nunca por motivos obvios. Este despacho es el mismo que usó la madre del monarca, solo que con otra decoración y con más luz ya que se ha incorporado una gran ventana a la sala
La rehabilitación del Palacio Huis ten Bosch tuvo un coste estimado de 63 millones de euros, frente a los 33 millones que se plantearon inicialmente. Antes de su mudanza a este impresionante lugar, los Reyes y sus tres hijas vivieron durante más de 15 años en Villa Eikenhorst, en la localidad de Wassenaar, a unos 6 kilómetros de la nueva vivienda, que data del siglo XVII -fue construido por Federico Enrique, magistrado supremo de la antigua República de los Países Bajos- y que ha seguido siendo escenario de recepciones oficiales