¡Unos Reyes con mucho arte! La Familia Real holandesa disfruta de la noche sevillana

Máxima y Guillermo de Holanda junto a su tres hijas, Amalia, Alexia y Ariane han llegado a la Feria de Abril dispuestos a aprovechar al máximo la gran fiesta de la capital andaluza. La familia, que ha disfrutado del Real de Sevilla y hasta su hija mayor se arrancado por Sevillanas, no está dispuesta a que la fiesta acabe cuando se pone el sol y hemos visto a los cinco sacando todo el partido posible a la noche sevillana en un evento organizado por el consulado italiano en Sevilla.

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Abanico en mano y con un look muy andaluz, Amalia de Holanda no ha podido integrarse más en el festivo ambiente de la capital hispalense. Sus hermanas iban más sencillas, aunque con vestidos frescos para hacer frente a las altas temperaturas del sur de España sus hermanas. La Reina, por su parte, optó por un elegante vestido negro con estampado floral. La familia ha puesto así la guinda a su día más flamenco.

Aunque su presencia en la Caseta del Real Club de Andalucía, más conocida como El Aero, ha sorprendido, se trata de un lugar especialmente significativo para Máxima y Guillermo de Holanda, puesto que fue allí donde se conocieron en abril de 1999. Por aquel entonces, Máxima de Holanda trabajaba en la banca y su vitalidad y alegría enseguida llamaron la atención del entonces heredero al trono de los Países Bajos. Sevilla celebraba la Feria de Abril, al igual que ahora y, también como este viernes, ambos acudieron a la misma caseta, decorada por cierto con tulipanes naranjas, símbolo de su país.

¡Entre sevillanas y rebujitos! Los Reyes de Holanda vuelven con sus hijas al lugar donde se conocieron

Esta caseta es una de las más exclusivas del Real de Sevilla y se conoce como El Aero porque fue fundada en 1928 por pioneros de la Aviación sevillana. Entre sus socios han figurado personalidades tan distinguidas como los reyes Alfonso XIII, Felipe VI y el propio Guillermo de Holanda, y ha contado con invitados como Jackie Kennedy, que llegó en 1966 en compañía de la duquesa de Alba, o Rainiero y Grace de Mónaco. Disfrutar de este espacio es, sin duda, todo un privilegio y para los monarcas holandeses tiene además un significado muy romántico.