Mabel de Holanda, abierta al amor
'Friso y yo hablamos a veces sobre la muerte y siempre coincidíamos en que si alguna vez nos pasara algo a uno de los dos, el otro debería rehacer su vida y volver a ser feliz', declara en una entrevista a la revista holandesa Linda
Mabel de Holanda ha abierto su corazón después de cinco años de la trágica muerte de su esposo. La viuda del príncipe Friso ha concedido esta semana una entrevista a la revista holandesa Linda en la que no ha dejado sin responder la pregunta que tantos se hacían, y no, no descarta volver a encontrar el amor: “Friso y yo hablamos a veces sobre la muerte y siempre coincidíamos en que si alguna vez nos pasara algo a uno de los dos, el otro debería rehacer su vida y volver a ser feliz”, declaraba la Princesa, madre de dos hijas, las condesas Luana y Zaria, de 13 y 12 años respectivamente.
Mabel de Holanda, activista por los Derechos Humanos
Mabel de Holanda, Victoria de Suecia... cierran filas con la ONU en Nueva York
Multimillonaria y multipremiada, Mabel de Holanda tiene nuevos motivos para sonreír
La Princesa, multimillonaria al ver incrementada su fortuna en un solo día en nada menos que 40 millones de euros y multipremiada en reconocimiento a su activismo por los derechos humanos, tiene grandes razones para sonreír, pero confiesa que “el dolor y la pérdida seguirán siempre. Friso es el amor de mi vida, aunque con el tiempo la tristeza es más llevadera”. Gracias a sus hijas, al resto de su familia, a sus amigos y a sus causas, sus luces en estos años de oscuridad, la Princesa ha conseguido sobrellevar la muerte de su marido: “Sé lo terrible que es perder a un ser querido de forma trágica. Afortunadamente ahora me siento mucho más fuerte y tengo nuevas ganas de vivir”, concluye la Princesa.
Se le truncó la vida con la muerte de su marido, tras nueve años de amor y dos niñas preciosas, y se le borró la sonrisa. Vistió sus días de luto y vivió por y para sus hijas y sus misiones, que acabaron convirtiéndose en su propio rescate. A caballo entre Holanda, donde se la recibe con los brazos abiertos como una más entre los Orange, y el Reino Unido, donde se ha convertido en una de las voces más influyentes debido a su lucha contra los matrimonios forzados infantiles, no ha dado un titular fuera de su línea de discreción.
Se la relacionó hace dos años y medio con el millonario francés Arpad Busson, muy implicado como ella en la lucha en pos de la erradicación del VIH/SIDA, pero ni la aludida ni la Casa Real holandesa se pronunciaron sobre el particular. La princesa Mabel no hizo réplica alguna sobre su estado sentimental, y se olvidó el tema entre los éxitos de su fundación Girls Not Brides (Niñas no novias), que se sirve de la colaboración mundial de varias organizaciones para acabar con los matrimonios infantiles, y los de las otras causas para las que colabora, como la War Child Netherlands, Malala Fund, Crisis Action y Coalition for the International Criminal Court. Eran las ganas de que tuviera, de que tenga, de nuevo el corazón contento.