No ha sido un verano nada fácil para la reina Máxima de Holanda. La soberana ha tenido que afrontar uno de los golpes más duros que ha sufrido en su vida: el fallecimiento de su hermana, Inés Zorreguieta, quien fue hallada muerta en su apartamento de Buenos Aires el pasado 6 de junio. Máxima tiene las emociones a flor de piel, algo que se pudo ver en la vuelta su vuelta al trabajo. Tras las vacaciones, los reyes holandeses acudieron a la ceremonia de entrega de los Willemsorde, la mayor condecoración militar de los Países Bajos, y en un momento del acto, Máxima no pudo contener las lágrimas, pese a que intentó disimularlo con sus gafas de sol.