Los posados reales suelen estar llenos de mensajes secretos y guiños. Y la última sesión fotográfica protagonizada por la familia real holandesa no ha sido la excepción. Este fin de semana, los Orange posaron al completo en los jardines de su casa, Villa Eikenhorst, a las afueras de La Haya, para inaugurar el verano. Es la primera vez que los reyes Guillermo Alejandro y Máxima, y sus hijas, las princesas Amalia, Alexia y Ariana, se muestran juntos en público desde la muerte de Inés Zorreguieta, la hermana pequeña de la consorte.
Máxima sorprendió a todos por varias razones: aludió a su dolor por la pérdida de su hermana, pero no dejó de sonreír en ningún momento. “La vida sigue”, reconoció. Para este posado tan especial, la reina holandesa quiso llevar un “trozo” de su Argentina natal cerca de su corazón. Eligió un fabuloso colgante de oro de la marca argentina Aracano. Esta firma, dirigida por el diseñador y joyero Federico de Álzaga, es una de las firmas fetiches de “it girls” argentinas como Sofía Sánchez de Betak y Delfina Blaquier de Figueras. Incluso la primera dama de ese país, Juliana Awada, es clienta habitual de Aracano.
El colgante que llevó Máxima se llama “Condor” y hace referencia al ave de los Andes, un símbolo nacional de Argentina, el país natal de la reina. El cóndor andino tiene un importante rol en el folclore y la mitología del país sudamericano y es una especie muy popular en la Patagonia, una de las regiones preferidas de Máxima y su familia. El año pasado, por ejemplo, los reyes holandeses y sus hijas disfrutaron de unas vacaciones privadas en la provincia de Chubut, donde se encuentra Cerro Cóndor, una localidad donde habitan algunos de los ejemplares más grandes de esa ave.
En combinación con su vestido vaquero, la reina holandesa también llevó un llamativo brazalete grabado con la palabra “Max” y el dibujo de una corona, posiblemente también obra de la firma Aracano. Otro divertido guiño a Argentina, su país natal, pero también a su rango como reina consorte de los Países Bajos.