Los termómetros de Lech ayer no superaban los 21 grados bajo cero, hasta que la Familia Real holandesa hizo acto de aparición en la tradicional sesión de fotos de sus vacaciones en la localidad austriaca. El idílico paraje de los Alpes, abarrotado de reporteros gráficos y de cámaras para dar cumplida información del descanso invernal de los Orange, comenzó a borbotear al punto de flash cuando llegaron los reyes Guillermo Alejandro y Máxima con sus tres hijas, las princesas Amalia, Alexia y Ariane. Las sonrisas, el buen humor y las muestras de cariño pusieron en ebullición uno de sus posados más breves de los últimos años a causa de las temperaturas extremas.
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No solo el tiempo, también el espacio alteró la fórmula de siempre (de cinco décadas). No se realizó como era costumbre en la estación de esquí, sino en una de las pistas, concretamente al lado del telesquí llamado Rüfikopf, a una altura de 2.350 metros de altura. Los medios de comunicación holandeses apuntaban a que este nuevo escenario, mucho menos accesible que a pie de montaña, permitía a los servicios de seguridad una mejor cobertura de la sesión fotográfica.
Los profesionales gráficos solo pudieron tomar tres poses diferentes de los Reyes de Holanda y sus hijas. Y, en ese breve lapso, los soberanos respondieron a la lluvia de preguntas de la prensa. El rey Guillermo Alejandro dijo que estaban disfrutando de las vacaciones pese al clima inhóspito. Daba fe de sus palabras la imborrable sonrisa de la reina Máxima, que se mantenía efusiva igual que de costumbre, aunque confesó estar pasando mucho frío. La sensación térmica podía ser unos grados más cálida para las princesas Amalia, Alexia y Ariane, gracias a sus abundantes melenas rubias holandesas –sorprendió especialmente el pelo ondulado de la Heredera, que la favorecía y la hacía parecer más mayor.
La tres Princesas decidieron sentarse brevemente sobre el hielo para una de las fotografías, si bien no permanecieron demasiado rato en el suelo alertadas por su madre, atenta y protectora en todo momento con sus niñas, ya unas preciosas jovencitas. La princesa Amalia, que no marchará a China para estudiar parte de su Bachillerato como había difundido recientemente la prensa local, arrancó a su padre los cariños más mimosos de la sesión.
No hubo ocasión de captar a la princesa Ariane con la escayola que durante las próximas semana le cubrirá el brazo izquierdo, a causa de una mala caída mientras patinaba. Los guantes y el plumífero blanco ocultaban la lesión, pero la reina Máxima reveló que está muy recuperada y que podrá esquiar con cuidado los próximos días. La actitud, que es lo que cuenta, desde luego era la mejor.