La reina Máxima de Holanda recibió, el pasado 8 de agosto, una de las peores noticias de su vida. Su padre, Jorge Zorreguieta, falleció a los 89 años por una variante de linfoma no Hodgkin que padecía desde hacía varios años. Tras darle el último adiós en Buenos Aires y regresar a los Países Bajos, Máxima ha tenido que retomar los compromisos.
La Soberana ha vuelto a trabajar, pero también a sonreír. Pese a las circunstancias, la reina Máxima ha mostrado su mejor cara y se ha mostrado tan amable y cercana como siempre en su visita al centro Jessehof en la localidad holandesa de Delft.