Es momento de luto, lágrimas y recuerdos para los Reyes de Holanda, sus tres hijas y la familia Zorreguieta, que ha dado su último adiós a Jorge Zorreguieta. El padre de la reina Máxima falleció el pasado martes a los 89 años de edad y lo ha despedido en un cementerio al norte de Buenos Aires un día frío y sin sol del invierno argentino.
De riguroso negro, cabizbaja y templada, la Reina Máxima –que se encontraba en el país desde el fin de semana debido al empeoramiento del estado de salud de su padre, que llevaba años luchando contra una variante de linfoma no Hodgkin- recibió el apoyo de su marido, Guillermo de Holanda, que llegó en la mañana del jueves, en avión privado, junto a Amalia, Alexia y Ariane de Holanda.
En el Cementerio Memorial de Pilar, al norte de Buenos Aires, las princesas de 13, 12 y 10 años, visiblemente afectadas por la pérdida de su abuelo, han recibido numerosas muestras de cariño por parte de sus padres y tíos. Incluso, la Princesa Heredera ejerció de hija mayor y se dejó ver pendiente de su madre y de su abuela, María del Carmen Cerruti, quien –según los medios del país- fue la primera en llegar al funeral junto a su hijo Martín, triste pero mostrando gran entereza.
Clarín publica que se trató de una ceremonia “ íntima y cálida”, que se celebró en dos tiempos. Una primera parte más temprano y sólo para hijos, nietos y amigos íntimos de Zorreguieta, y un luego, a medida que avanzaba el día, comenzaron a llegar unas 200 personas. El medio argentino destaca que el enorme operativo de seguridad que rodeó la ceremonia y que todos lo que llegaban “debían presentarse ante dos chicas que cotejaban los nombres con una lista que la propia familia confeccionó”. El presidente Mauricio Macri publicó en La Nación un mensaje de apoyo a la Reina Holanda, con la que ha coincidido en varias ocasiones: “El señor presidente de la Nación, Ing. Mauricio Macri, y su señora Juliana Awada de Macri acompañan en estas horas de dolor a su querida amiga la reina Máxima de Holanda y familia”.
Aunque Guillermo de Holanda y sus hijas llegaron para el entierro, hay que recordar que Máxima de Holanda sí pudo estar al lado de su padre en los últimos días de su vida. La Reina aterrizó en Buenos Aires el sábado para ir directa a la clínica Fundaleu, especializada en el tratamiento de pacientes con leucemia, en donde estaba ingresado. Al principio no saltaron las alarmas ya que no era la primera vez que la Reina volaba de urgencia para ver a su padre, que llevaba años luchando contra la enfermedad.
Máxima, su madre y hermanos pasaron dos días sin moverse del hospital de la mañana a la noche, apenas saliendo para comer algo en un restaurante que se encuentra a menos de cien metros. Sin embargo, el martes llegó la peor de las noticias desde Holanda, la Casa Real –quien en principio no había informado sobre el viaje de la Reina- quien comunicó con “gran tristeza” el fallecimiento de Jorge Zorreguieta.
Hay que recordar que el padre de Máxima, además de empresario, desempeñó el papel de Subsecretario de Agricultura de la Nación (1976-1979) y de Secretario de Agricultura y Ganadería (1979-1981) durante la dictadura militar argentina de Jorge Rafael Videla. Lo que motivo que Máxima fuera muy cuestionada al principio como novia del entonces Heredero y que su padre no fuera invitado a la Boda Real que se celebró en la iglesia Nieuwe Kerk de Ámsterdam, ni a la ceremonia de entronización en la que Guillermo de Holanda fue proclamado Rey y su hija se convertía en la Reina de los Países Bajos.
Con el paso del tiempo y convertida en una de las Reinas más populares y queridas de Europa, Máxima le fue dando a su padre el lugar que un principio le fue negado por determinados sectores sociales y políticos del país. Así que contó con su presencia en actos familiares, que no oficiales, como los bautizos de sus hijas y también en gran fiesta que organizó por su 40 cumpleaños. Ese mismo año, Zorreguieta –que durante sus últimos años de vida apostó por un perfil bajo- contestó algunas preguntas al diario alemán Bild, al que recibió en su casa del barrio de Recoleta en Buenos Aires, y confesó estar feliz por el papel que estaba desempeñando su hija: "Estoy tan orgulloso de ella".