Como cada martes de septiembre desde 1887, se celebra en Holanda el Día del Príncipe (Prinsjesdag en neerlandés), tradicional arranque oficial del año parlamentario en los Países Bajos y ocasión en el que el gobierno de turno hace públicos los presupuestos para el siguiente ejercicio. El Día del Príncipe - su denominación hace referencia al príncipe estatúder Guillermo V (1748-806) -, es, además, históricamente, la jornada en las que los holandeses muestran su apoyo y cariño la Casa de Orange, dinastía reinante en los Países Bajos.
Guillermo y Máxima de Holanda han presidido la apertura de los Estados Generales. El momento más importante del día ha llegado cuando el Rey, ante los representantes de la Cámaras Alta y Baja del Parlamento holandés en la Sala de Armas, ha leído el llamado Discurso del Trono (Troonrede en neerlandés). El Rey se ha mostrado más optimista en su percepción de la situación económica de los Países Bajos que en años precedentes, aunque destacó también los desafíos a los que se enfrenta Europa, como el terrorismo y la crisis de los refugiados. "Paso a paso hemos conseguido reducir el paro y que conseguir que nuestros jóvenes tengan más empleo. La mejoría de nuestra situación económica se debe a un esfuerzo colectivo que debemos reconocer", señaló el Soberano en su diagnóstico.
El sol les ha acompañado durante toda la jornada, a diferencia del año pasado, en el que la lluvia fue la protagonista del Día del Príncipe. En esta ocasión, la Reina Máxima ha sustituido el paraguas por una elegante pamela color maquillaje y ha brillado con un vestido azul de dos piezas del diseñador Claes Iversen.
Antes de la ceremonia en el Binnenhof, es turno para que los holandeses aplaudan y vitoreen a la Familia Real en su traslado desde el Palacio Noordeinde hasta el Parlamento. Los Reyes han hecho este recorrido por primera vez en la llamada Carroza de Cristal, fabricada en 1821 para el rey Guillermo I, una vez que la Carroza de Oro, regalo de la ciudad de Ámsterdam a la reina Guillermina en su coronación y tradicional vehículo utilizado por los Reyes en esta jornada tan especial, se encuentra en proceso de restauración durante un periodo de cuatro años. Los príncipes Constantino y Laurentien acompañaron a los Reyes en su recorrido por las calles de La Haya, abarrotada curiosos. Mientras tanto, la princesa Beatriz vio pasar la carroza desde el balcón de la Mauritshuis.
Tras el discurso la Familia Real volvió al Palacio Noordeinde para protagonizar la tardicional salida al balcón con el objeto de saludar a los ciudadanos allí congregados . Acto seguido el Primer Ministro, Mark Rutte, ofreció un almuerzo en su domicilio, la Catshuis, para los miembros del gobierno.