Cientos de personas han llenado las calles de Munich para recibir a los reyes Guillermo y Máxima de Holanda en su primera aparición durante su visita de dos días al estado alemán de Baviera. Vítores, aplausos, flores e incluso con un tradicional herzl –un pan de jengibre típico imprescindible en las celebraciones de la ciudad que la Reina ha agradecido con su amplia sonrisa-, han dado la bienvenida a unos Reyes que se han salido de su propio cuadro de viviente.
Si el recibimiento en las calles fue caluroso, el que les esperaba en el interior del museo Alte Pinakothek de Munich –su primera parada del día- ha sido de lo más original. Con un gran marco instalado en una de las salas, los Reyes se han prestado a posar como si de una regia pintura para la historia se tratara. Después, Guillermo y Máxima, con un pequeño salto y una gran sonrisa, se han salido del cuadro, tal y como lo hacían los personajes de Mary Poppins en la célebre película de Disney.
Su visita a la pinacoteca tenía el propósito de inaugurar una sala dedicada a la pintura holandesa del Siglo de Oro. Tras la cual, los Reyes han puesto rumbo al centro de distribución de la empresa automovilística BMW, en donde Máxima –que lucía su vestido rojo fresa de Natan y una pamela de la sombrerera belga Fabianne Delavigne- probó lo que se siente con un volante de última generación entre sus manos.
Tras una comida con Horst Seehofer, el ministro presidente de Baviera, los Reyes se encargaron de inaugurar un mercado de productos alimentarios holandeses -en especial de categoría gourmet - surgidos de procesos de producción sostenibles e innovadores. El Deutsches Museum, dedicado a la naturaleza y la técnica, sería el siguiente lugar que recibiría su visita.
La maratoniana jornada no terminó aquí, ya que por la noche Guillermo y Máxima serán recibidos por el Alcade de Munich en el Nuevo Ayuntamiento, uno de los edificios más característicos de la ciudad alemana, en donde se celebrará una cena en honor de los visitantes holandeses.
El jueves tendrá lugar la segunda jornada del viaje que comenzará con una visita a la fábrica de Siemens en la ciudad de Erlangen, dedicada a la producción de tecnología médica. Al mediodía los Soberanos se trasladarán a Nürenberg en donde participarán en un almuerzo de trabajo organizado por varias empresas de transporte. Por la tarde los Reyes holandeses visitarán el Palacio de Justicia de Nürenberg, lugar en el que se desarrollaron los afamados juicios a las autoridades nazis, tras el fin de la Segunda Guerra Mundial. El viaje terminará con una visita a la casa museo del pintor Alberto Durero (1471-1528), en donde los Reyes serán los encargados de inaugurar una exposición en la que se podrán ver obras que han sido adquiridas por el museo recientemente, como un retrato de Erasmo de Rótterdam que Durero elaboró durante una estancia en los Países Bajos.