A veces un menú Happy Meal con la familia puede ser un banquete de reyes. Al menos así lo consideran los Orange. Cuando Guillermo de Holanda se quita la corona, es un padre más que disfruta de su escaso tiempo libre como el resto de los padres: con sus hijas y en un McDonald's.
Esos especiales días de la agenda del Rey cambia las delicias de palacio por ricas hamburguesas como este pasado sábado que el rey Guillermo Alejandro disfrutó de una jornada de descanso con sus hijas mayores, las princesas Amalia y Alexia, en la ciudad de Leiden, a unos quince kilómetros de su residencia de Wassenaar, y acabaron almorzando los tres en una de las franquicias de la hamburguesería McDonald's en Leiden.
El resto de clientes del restaurante de comida rápida no dudaron en hacer fotos del soberano y publicarlas en diversas redes sociales. El Rey pidió un menú Big-Mac acompañado de una Coca-cola, y las Princesas eligieron ambas un menú Happy Meal con nuggets de pollo. No compartían mesa ni Ariane ni Máxima de Holanda, que luce nueva figura con la dieta y los hábitos de una vida saludable.
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-Máxima de Holanda pierde centímetros, gana popularidad
Ha perdido kilos, aunque no su sonrisa ni su popularidad. Ha logrado bajar diez kilos, tres tallas, en seis meses. Sometida, como otras Reinas y princesas, al juicio mediático en cada aparición pública, cuenta mucho para la reina Máxima que los trajes ajusten a la perfección, sin una curva de más, pero, más allá del fin estético, de una talla de pasarela, en esta apuesta ha primado una alimentación sana y responsable.
Si bien Máxima no se ha pronunciado oficialmente sobre su nuevo peso —su talla es “un secreto de Estado”—, los medios de comunicación sí han dado pistas sobre la razón de su nueva silueta: una dieta hipocalórica que recomienda un menú diario de cinco comidas en pequeñas raciones. Nada de grasas, ni de carbohidratos, ni de azúcares. ¿Qué se puede comer? Verduras, carne blanca, fibra y complementos de proteínas y aminoácidos a través de huevos, pescados y leche. No hay excusas para no seguir la receta de Máxima de Holanda y abordar de una vez por todas el primer propósito del año.
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