La expectación es Máxima... de Holanda
Ha rendido homenaje a su suegra luciendo uno de sus vestidos en el Día de la Liberación
Hay veces que un buen traje es para siempre y, como un tesoro, pasa de generación en generación. De una reina a otra como es el caso del vestido verde esmeralda con el que reinó anoche Máxima de Holanda en el broche de oro al Día de la Liberación, jornada en la que en los Países Bajos se conmemora el fin de la ocupación alemana el 5 de mayo de 1945.
Los reyes Guillermo Alejandro y Máxima acudieron, acompañados de la princesa Beatriz y del primer ministro Mark Rutte, al tradicional Concierto de la Liberación en el teatro Carré de Ámsterdam. Llegaron al evento en barco -el teatro se encuentra ubicado en el célebre canal Amstel de la capital holandesa- poco antes de las nueve de la noche y con muchas ganas de celebración.
La velada discurrió entre el buen humor del rey Guillermo Alejandro; la cándida sonrisa de la princesa Beatriz; la animada fiesta popular... Pero como siempre la expectación fue Máxima, que quiso esta vez homenajear a su suegra luciendo el traje que la actual princesa Beatriz llevara en 1981 durante una visita oficial a Bélgica. Enésima demostración de su magnífica relación.
Entonces, hace más de tres décadas, Beatriz de Holanda protagonizó una cita de elegancia con Fabiola y Paola de los belgas; una gala inolvidable junto a los inolvidables Claus de Holanda y Balduino de los belgas, así como también junto a Alberto de los belgas. Hoy aquel elegante vestido vintage, estilo Charleston, con bordado de cristales y falda midi rematada con plumas de marabú, vuelve a salir del armario para pasar a la posteridad por las majestuosas puestas no de una sino de dos Reinas.