'Recuerdo con enorme afecto la primera ocasión en la que estuve aquí; en Seúl. Acompañaba entonces a mi madre, la reina doña Sofía, con motivo de los Juegos Olímpicos de 1988. Fue para mí una excelente aproximación a un país que, como España, mostraba una nueva imagen al mundo; entonces a través de un evento internacional del que los españoles recogeríamos el testigo cuatro años más tarde, en los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992”, ha comenzado el discurso de Felipe VI