Las mochilas de la princesa Leonor y la infanta Sofía revelan sus gustos más personales

Se acabaron las vacaciones también para ellas. Como muchos niños, la princesa Leonor y la infanta Sofía han retomado las clases esta semana y a primera hora de este miércoles, 11 de septiembre, han llegado al Colegio Santa María de los Rosales, en Madrid, para empezar el nuevo curso. Acompañadas de sus padres, los reyes Felipe y Letizia, las hemos visto muy sonrientes e ilusionadas por volver a encontrarse con sus compañeros y profesores. Leonor empieza 3º de la ESO (Educación Secundaria Obligatoria), en un año en el que se espera que su protagonismo institucional vaya en aumento, mientras que su hermana inicia 1º de la ESO.

Impecables con el uniforme del centro, que combina un jersey azul marino con un polo de color blanco, falda gris y zapatos oscuros, las niñas iban peinadas de manera idéntica, con una coleta alta con toda la melena recogida hacia atrás. Sin embargo, sus estilismos no han sido lo que más nos ha llamado la atención, sino que sus mochilas escondían detalles que nos han revelado sus gustos más personales. 

Leonor, que ha vuelto a clase con la mochila oficial que llevó el Comité Olímpico Español en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, llevaba una zapatilla de ballet en tamaño mini, a modo de llavero, y un dispostivo de color negro que podría ser una linterna o un puntero láser. Por su parte, la infanta Sofía también llevaba colgada una zapatilla de ballet, pero tiene decorada su mochila con otros complementos: un mono de color azul, un pez rosa y un Playmobil de una amazona.

Su gusto por el ballet, los animales, la hípica... Gracias a estas imágenes hemos podido conocer un poco más las aficiones de las niñas, que practican varios deportes con mucha disciplina, además de hípica y ballet, también hacen tenis, voleibol, baloncesto y, cuando es temporada, esquí, uno de los deportes favoritos del Rey. 

Doña Letizia, siempre muy pendiente de Leonor y Sofía, entró en el centro sujetando dos bolsas de tela con las pertenencias de sus hijas, que además llevaban sus respectivos nombres para no confundirse.