Este domingo, don Juan Carlos ha cambiado los toros por el tenis y ha recorrido los 1.200 kilómetros que separan Madrid de París junto a su hija mayor, la infanta Elena, para asistir a la final de Roland Garros en la que Rafa Nadal tratará de conseguir su duodécimo título del Open de Francia frente al austríaco Dominic Thiem.