La toma de posesión tuvo una singular etiqueta: traje blanco, camisa blanca y corbata negra. El rey Juan Carlos, que tiene un fondo de armario con más fondo que cualquiera, tenía de todo menos la indumentaria elegida y vistió de gris claro y corbata negra, como algunos otros de los asistentes. Evo Morales, a su lado, prescindió del traje clásico y optó en su lugar por una de sus tradicionales chaquetas con bordados de lana