Felipe de Marichalar, el que ha sido el niño real con más presencia en la prensa, se ha hecho un hombre al cobijo del anonimato, tras la instrucción del último año en un colegio de disciplina militar de Estados Unidos (Virginia). A lo largo de este año, dicen que aconsejado por la reina Sofía, ha sido uno más entre los demás, sin distingos de sangre ni de clase, y ha estado libre de la presión mediática, lo que ha marcado la gran diferencia. También el rey Juan Carlos pasó sus años en las Academias Militares, los que después recordaría como los años más felices de su vida. Podemos imaginar a Felipe de Marichalar, como a su abuelo en la imagen, compartiendo la mesa del comedor de su internado.